Es el relato de la vida de una Residente en Urgencias que en una noche que para ella era una guardia ordinaria, se convierte en el comienzo de un vuelco a su vida normal, al conocer en la sala del hospital a los chicos más guapos e increíbles (Jumin...
-mmh?? Mi cabeza... duele- mmh??... - mira a su alrededor
Silencio cortante
-AAAAAAAHHHH!!!!!! -
Se para de golpe de la cama hasta que una fuerte punzada en la cabeza la hace sentarse de nuevo al borde de la cama, quejándose del dolor intenta componerse.
-Mi cabeza pero, donde se supone que estoy y donde esta V?- dice en voz baja mirando a su alrededor -pero que mal gusto, porque esta habitación es tan rosada ¿?-
A unos pasos de la cama una pequeña mesita de té junto a dos sillas mantiene una bandeja de plata que brillaba incesable por las luces de la lámpara de araña de cristal en el centro de la habitación, al acercarse había un papel delicadamente doblado una taza de té que parecía estar humeando aun, tiene poco de haberse traído, y una jarra de cristal con agua fría que a temperatura su entorno comenzaba a gotear.
Tomo la jarra y un vaso desocupado que estaba junto, lo miro con recelo - y si tiene veneno... pero tengo sed-
Su garganta estaba seca y ni de chiste tomaba del té que estaba servido ese si sería arriesgarse mucho más, luego de unos segundos se decidió por beber un poco de agua no le quedaba más, se sentía deshidratada, pero justo en el momento en el que el vaso esta por acabarse la puerta de aquella habitación ''de princesa'' dejo el vaso de vuelta en la mesa y miro hacia la puerta con temor y duda aunque con enojo.
Un hombre con una túnica de pies a cabeza de color purpura y bordados delicados en dorados se hace paso al abrirse la puerta.
-señorita buenas noches, le traigo esto por favor debe usarlo- dice aquel hombre sin mostrar su rostro aquel que es cubierto por la oscuridad de su capucha, ella lo mira de arriba abajo y nota que lo que entrega dejando en la cama es una prenda negra muy bien doblada, sin decir más el sujeto así como entro volvió a salir.
-Es-espera!!!... - la puerta se cierra, ni oportunidad de preguntar tuvo, no hizo más que respirar profundo y caminar lentamente hasta la cama con recelo miraba aquello sobre la cama, y al mismo tiempo que se sienta al borde de la cama mirando por la ventana junto a la cama.
-Que hago aquí... hasta cuando estaré aquí... no de nuevo- un murmullo se escuchó de ella de una voz un tanto quebrada, llevo su pecho hasta sus muslos y tapo su rostro con sus manos, los fantasmas de un pasado estaban volviendo a ella.
Fue cuestión de unos cuantos minutos para que Suni se recompusiera, arrastro tus manso por su rostro mirando al techo por un segundo y luego mirando de reojos aquella prenda, termino por tomarla y levantarse de la cama con rapidez extendiéndola en sus manteniendo sus brazos estirados al desdoblarse la prenda pudo notar que era un lindo vestido negro.
Quizás en este punto parecía resignada pero si ponerse ese vestido la ayudaría por lo menos a salir de la habitación, lo intentaría, además que más podía perder después de todo ni siquiera sabía dónde estaba, sin sus pertenencias o tan siquiera un teléfono para poder comunicarse con quien fuese, no había nada más.
Luego de cambiarse se daba un vistazo a sí misma en el espejo, aquel vestido quedaba muy a su cuerpo de hecho parecía ser hecho a la medida, era extraño en que momento pudieron hacer algo así o tan siquiera conseguir su talla, pero bueno hace mucho no se veía con lindo vestido, solo los monos de su uniforme zapatos deportivos y su bata blanca de examen médico, de accesorios no más que su estetoscopio y los lapiceros que se guardaban en su bolsillo.
El toquido de la puerta nuevamente la trajo de vuelta, dio unos pasos atrás alejándose de la puerta no pudo evitar a sentirse ansiosa y se abrazó a sí misma manteniéndose a la expectativa.
-Al fin puedo conocerte después de todo Suni Jo Kang- con una sonrisa mezclada de maldad.
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En ese instante Suni no hizo más que correr hasta la puerta donde estaba el de pie abrazándolo con fuerza se mete en su pecho.
-Estas aquí Saeran, no sé cómo llegue aquí ni que sucede por favor vámonos- decía ella entre desespero y sollozo sin dejar de abrazarlo, hasta que sus oído escuchan una risa provenir de él.
-jajaja así que piensas que soy ese idiota- dice el de manera frívola, lo que hace que la castaña termine con el abrazo y se separe de él dando unos pasos atrás lo mira un tanto confundida con sus ojos cristalizados por el momento anterior.
Limpiando sus ojos con el dorso de su muñeca se aleja cada vez más - ¿No-no eres Saeran?- dice con voz entre cortada, si este no es Saeran entonces quiere decir que en realidad ¿son trillizos?💭
A lo que aquel de rostro familiar pero de actitud y palabras confusas sonríe comenzando a caminar hacia Suni, lo que ella por temor continua retrocediendo hasta terminar por toparse con la cama y detenerse, él llega hasta ella extendiendo su mano hacia la mejilla de la castaña, rozando su pulgar contra la mejilla de ella.
-Ese maldito es solo una prisión para mí- arrastraba la humedad de las lágrimas de Suni con su dedo por el contorno de su mejilla hasta su barbilla donde la sujeta de manera amenazante -Déjame instruirte-
