Capítulo 59: Los Angeles y Kansas City

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-Disculpe, ¿sabe usted algun hotel barato para descansar?

-Claro, señorita. - sonrió el dependiente. - Mire, justo ahí hay uno.

El hombre señaló hacia el lado contrario de la playa, hacia un alto edificio que no tenía pinta ni de lujoso ni de caro.

-Muchas gracias. - le sonreí.

Al menos, encontré a una buena persona. Y humano. Me monté en la bicicleta, acomodándome la bolsa, poder llegar más rápido a aquel edificio, ya que estaba un tanto lejos. Al llegar, ya pude ver el cartel:

"Hotel Beach"

El título no era muy original, pero eso no importaba. Lo que de verdad importaba, era el precio, porque si no me daba igual tanto el título como el color del suelo...

-Buenas tardes, señorita. - me saludó un hombre vestido de uniforme cuando entré. - ¿En qué puedo servirla?

-Buenas tardes, ¿cuánto costaría una habitación para uno, solo para una noche? - pregunté.

-¿Para una persona y una noche? 25 dólares, señorita. - me respondió el hombre sonriente.

-"Barato es, pero justo vale el dinero que me queda..." - pensé.

-Está bien, me gustaría una habitación, para una noche. - le sonreí.

-Entendido. - sonrió el hombre mientras tecleaba, supongo, en un ordenador. - ¿Alguna habitación en concreto?

-No, no. ¿Le importa que le pague ahora?

-En absoluto. - sonrió el hombre, y yo le entregué el dinero acordado. - Está bien. Tenga. - me entregó las llaves de una habitación. - La habitación treinta y seis, cuarta planta. El ascensor está ahí.

-Gracias. - le sonreí antes de irme.

-A usted. - escuché decir al hombre.

Subí al ascensor, toqué la tecla correspondiente y, cuando se cerraron las puertas, eché un suspiro.

-"Logan..."- pensé. - "¡No!¡Para!¡Piensa en otras cosas!"

Salí del ascensor cuando llegó a mi planta y busqué mi habitación siguiendo las indicaciones de unos carteles. La encontré al final del pasillo, abrí la puerta y, al entrar, la volví a cerrar. Dejé la bolsa en el suelo bruscamente por el cansancio y, al ver la cama, di las gracias por dentro. Me tiré a la cama, disfrutando mientras cerraba los ojos.

-Cama, dulce cama... - murmuré, y yo misma me reí de mi comentario.

Me pasé minutos en silencio, intentando pensar cuál sería ahora el siguiente lugar al cual ir, y tenía una vaga idea, pero no sé cuanto tardaría. A demás, casi no me quedaba dinero... Debía encontrar una forma rápida de encontrar dinero. Ahora no podía pensar, sólo sabía que era casi de noche, y debía descansar. Pero antes pensé en darme una relajante ducha.

Logan

La moto de Scott se estaba quedando sin depósito, y como estaba oscureciendo, tomé la decisión de buscar un hotel. Me encontraba en Kansas City, y quedaba bastante para llegar a Los Angeles, aunque temía que Janette no estuviera allí para cuando yo llegara. Buscaba una gasolinera para poder llenar el depósito y así no estancarme para cuando buscara un motel. La encontré, pagué y, por suerte, un pequeña establecimiento estaba justo al lado. Aparqué la moto a fuera un momento y entré para ver cómo estaba.

-Buenas noche, señor. - me atención un hombre aparentemente buena persona. - ¿Desea una habitación?

-Para una noche. - respondí serio.

-¿Solo? - preguntó, y to asentí. - Serán diez y siete dólares, señor.

Le pagué, me entregó la llave y me fui a mi habitación. Al entrar, me quité la chaqueta y la dejé encima de la cama. En esos momentos no podía más que concentrarme en la imagen de Janette, y en las ganas que tenía de volverla a ver. Lo volvía a hacer. Una vez busqué mi pasado. Ahora busco a alguien quién amo, alguien a quién niego renunciar a ella. No después de todo lo que pasamos, y después de todo lo que me hizo sentir. Me tumbé en la cama mientras pensaba en ella. Sin ella, me siento como... si no tuviera oxígeno en los pulmones. Miraba seriamente el techo, hasta que sentí el móvil que Charles me dio, vibraba. Extrañado, lo cogí de mi bolsillo.

-¿Diga? - pregunté al contestar.

-Logan, - era Tormenta.- ¿dónde estás?

-En Kansas City, en un hotel de pacotilla, e intentando aclararme las ideas... - suspiré.

-Logan... - parecía preocupada. - ¿Ha pasado algo con Jean?

-¿A qué te refieres? - pregunté confuso.

-Scott me ha dicho que tú y Jean os besasteis... - murmuró.

-Tormenta, no nos besamos. - le aclaré, recordando ya a lo que se refería. - Sabes bien que la olvidé, y que mi corazón pertenece a otra persona... A demás, fue ella quién se acercaba a mi.

-Entiendo. - murmuró.

-¿Estás bien? - pregunté al oír bien el tono que ponía cuando decía algo.

-Sí, bueno... más bien, no. - dijo, y yo me sorprendí por la respuesta. - Estoy preocupada. Por Janette.

Cuando escuché eso, noté que mi corazón se detuvo por un instante, por escuchar ese nombre.

-Es que... ahora está sola. Y temo de que sea una presa fácil para Sparks.

Yo suspiré. Estaba de acuerdo con Tormenta.

-Por eso voy a encontrarla. - dijo con un tono relajante, para que se tranquilizara.

-¿Y la traerás a la escuela? - preguntó temerosa.

-No lo sé. - murmuré. - Mañana hablamos. Debo madrugar, aún falta un largo camino.

-Está bien... - murmuró. - Buenas noches, Logan.

-Buenas noches. - dijo sonriente.

Colgué, y me guardé el teléfono en el bolsillo del tejano. Volví en aquel mar de silencio, embaucado en mis pensamientos. Hasta poder ver solo una pantalla negra y quedarme en un profundo sueño.

Una mutante nueva (Terminada)Where stories live. Discover now