Problemas y problemas

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Mi día comienza a las cinco de la mañana, gracias al sueño que acabo de tener no pude dormir más. Me levanté con mucho cuidado de no hacer ruido y fui directo a las duchas.

Me quedé un largo rato bajo el agua para tratar de calmarme un poco y luego cambié mi vendaje.

Regresé al cuarto a eso de las seis y como no tenía nada que hacer hasta el comienzo de las clases me puse a leer un libro.

Estaba concentrada cuando la alarma del teléfono de Samy empezó a sonar. Ella despertó y con eso ya supe que no podría seguir la lectura porque le debía una explicación.

Pero, ¿cómo explicarle algo que es un secreto? ¿Cómo explicar mi comportamiento de ayer si no puedo decirle el motivo?

Así me encontraba yo, en un dilema al que no le encuentro solución.

- ¿Me vas a decir ya que te pasa o tengo que seguir esperando? - y ahí la pregunta sin respuesta

- Solo te diré que fue un arranque de ira y frustración.

- Eso ya lo sé, no es la primera vez que esto pasa pero ¿por qué fue esta vez?

- Eso no te lo puedo decir ni a ti. Tienes que comprender que es un secreto, de esos que no se le cuenta ni a tu madre.

- Bien, lo entiendo - se levantó y salió por la puerta.

Samy siempre me ha comprendido sabe que soy de esas personas que se guardan muchas cosas para sí. Soy bastante cerrada y no suelo hablar de mi vida privada ni siquiera con una amiga. Claro que ella sabe mucho más de mi que cualquier otra persona, incluso que mi madre, y también entiende que cuando me guardo algo es porque no me siento en total confianza de decirlo.

Nuestra amistad es única porque somos como hermanas y nos conocemos mejor que nadie, pero aún así sabemos que hay cosas que no debemos contarnos, hay ciertos secretos de ambos lados y cuando una de las dos decimos que no podemos hablar de ese tema la otra lo entiende. Siempre hemos funcionado así.

Me levanté y agarré mi mochila lista para salir aunque todavía era muy temprano. Cuando hiba a abrir la puerta, esta se habre y Samy aparece en mi campo de visión en toalla.

- Me voy ya, voy a pasar a ver a mi novio y de ahí me voy al salón. Nos vemos allí.

- Ok

Sentí su preocupación así que la abracé y le susurre en el oído que todo estaba bien. Cuando me separé le dediqué una sonrisa y me marché.

Llegué a la puerta de mi badboy y entre sin más. La sorpresa que me llevé fue bastante grata. Delante de mi tenía una vista panorámica del trasero voluptuoso y delicioso de Marcos y Abraham todavía estaba tendido en la cama.

Cuando Marcos nota mi presencia se gira y... Oh por dios... me mostró todo el paquete que se carga.

- Lo siento - al ver mi cara se voltea de nuevo y se pone unos bóxers y un pantalón rápidamente.

- ¿Que estaban haciendo para que anduvieras así? - dije con picardía solo para molestar.

- No piense cochinadas - me miro con los ojos entre cerrados.

- Bien, entonces diré lo otro que pasó por mi mente.

- ¿Qué?

- ¡Que paquete te cargas tío!

Se hecho a reír y Abraham al escuchar esto despertó de su sueño en menos de un segundo.

- ¿Cómo?

- No me digas que estás celoso por lo que dije. Solo digo una verdad.

- Gracias por los halagos - me dijo Marcos

Perdida en el mundoWhere stories live. Discover now