Pequeña mentira

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Me desperté con Abraham abrazado a mi cintura. No pude evitar quedarme mirándolo dormir, se veía tan lindo.

Sin pensarlo empecé a acariciar su cabello rubio que tanto me gusta y me quedo embelesada sin darme cuenta que con mi tacto se desperto.

- Buenos días hermosa - me dice mientras se pasa una mano por la cara y me dedica una sonrisa.

- Buenos días para ti también. - le corespondo - Debemos levantarnos para ir a clases o no podremos entrar.

- Mmmm... ¿no podemos saltarnos la primera clase? - vuelve a recostar su cabeza en mi pecho actuando como niño chiquito.

No me queda de otra que seguir acariciandole la cabeza.

- Bien, pero solo a la primera - le advierto.

Nos quedamos un rato así, sumidos en un silencio cómodo en donde yo me limito a acariciarlo y el hace lo mismo con sus dedos en mis costillas dando pequeños circulitos.

Miro la hora en mi teléfono y ya solo queda media hora para que acabe la primera clase y luego de los cinco minutos de cambio de turno empieza la segunda.

- Vamos, muévete - le digo empujandolo suavemente,sin intención de lastimarlo solo para que se quite.

Luego de que se acostara a mi lado boca arriba me levanto de la cama completamente desnuda y camino por el cuarto buscando mi ropa.

Siento una mirada y cuando me giro encuentro a Abraham con los brazos cruzados detrás de la cabeza mirándome de pies a cabeza sin ningún pudor.

- Me acabo de dar cuenta de tus tatuajes.

- ¿No los habías notado?

- Me había fijado en el que tienes en el hombro y el de detrás de la oreja pero no sabía que tuvieras uno en la pelvis y en el seno derecho, recién los descubrí.

- Todavía te falta uno - le menciono mostrando el de mi muñeca.

Tengo cinco tatuajes en total, uno es el de mi seno que son unas gaviotas volando, luego esta el de la pelvis que es una flecha en forma de infinito que no llega a cerrarse por completo.

Luego están los más pequeños que son una pluma detrás de la oreja izquierda, una media luna en mi hombro y un corazón en líneas discontinuas con un pequeño avión el cual parece que es el que las crea, este último es el de mi muñeca.

- Ese no lo había detectado.

- Es normal, de todos es uno de los más pequeños. ¿Tú no tienes ninguno?

- Claro que tengo, me sorprende que no lo hayas notado ya que tu boca estuvo muy cerca de él.

- Mi boca estuvo en muchos lados ayer así que podrías ser más específico.

- Jajaja, vale, se encuentra en la pelvis pero un poco más abajo cerca de mi intimidad.

- Ah

Me giro para recoger mi ropa y acabar de vestirme de una vez y no perder más el tiempo o sino perderé otra clase.

Me visto rápido y cuando voy a abrir la puerta para salir me agarran del brazo y me hacen girar para luego pegarme contra la puerta. Abraham me besa con su cuerpo acorralando al mío y lo peor es que todavía estaba desnudo.

Maldito, estás haciendo que replantee lo de ir a clases

Nos separamos por la falta de aire y cuando vuelvo en mi me doy cuenta que uno de mis pies se encuentra en su cadera y él lo aguanta con una mano que amenaza con subir más de lo debido.

Perdida en el mundoWhere stories live. Discover now