↳ ੈ‧₊ 21 DE JUNIO

431 52 38
                                    

Después de un largo tiempo entre abrazos y caricias, optaron por quedar nuevamente en la posición que ambos encontraron más cómoda. Kokichi sentado sobre la cama con las piernas cruzadas, anidando entre ellas la cabeza de Saihara de una forma adorable. Al chico alto le encantaba la manera en la que el regazo ajeno lo acomodaba tan bien, como piezas de un rompecabezas que encajaban entre sí sin ningún problema.

Había estado acurrucándose con el propósito de terminar de calmar el alma abatida del joven humano, pero ya que la tarea estaba hecha, quedaba una sola cosa más que hacer, algo que habían estado atrasando gracias a la sesión de abrazos cercanos que habían compartido.

Pero no había más que perder, era hora de que Saihara dejara de lado su humanidad y se entregara por siempre a las responsabilidades que enfrentaba un ser divino como el trío al que alguna vez adoró en vida, y que incluso después de su muerte, seguía tratando como superiores.

—Gracias, mi dios... —sonrió el de mayor estatura con dulzura. Estaba muy feliz, se sentía pleno ahora que se encontraba bajo los protectores brazos del amor de su vida—. Me siento mucho mejor —admitió, ya que su corazón se sentía ligero y sin preocupaciones, algo que creyó que nunca pasaría debido a su constante agobio sobre la tierra.

—¡Qué alivio! —Exclamó el petite, acariciando los cabellos ajenos como si de un buen perro se tratase. Era su forma de mostrarle cariño físico, por sí abrazarlo no era del todo suficiente—. Ahora ven para acá, déjame volverte un ser semejante a mí —exigió tierno, picoteando suavemente a Saihara con su dedo índice para que se levantara de su regazo.

Necesitaba que su preciado Shumai se encontrase frente a él, en una posición en la que ambos se pudiesen ver cara a cara, sin nada de por medio que bloqueara la vista de aquel rostro tan fino que Shuichi poseía.

—¿P-perdón? —Cuestionó el de penetrantes ojos grisáceos, confundido de las palabras ajenas tan repentinas. Ciertamente estaba consciente de que debía llevar a cabo un proceso para poder mantenerse al lado de aquella entidad, pero no se encontraba enterado del procedimiento en sí.

Se levantó de su posición como el otro le pidió, sintiendo la forma en la que la cama bajo su cuerpo se acomodaba a la presión que sus extremidades ponían sobre el colchón al moverse de pose. Inmediatamente cuando su cabeza dejó el regazo ajeno, una sensación de extrañar aquellas piernas se apoderó de él, pero no era un sentimiento desagradable, era dulce y nostálgico.

—Si tontito, si quieres quedarte en este plano tienes que dejarme hacer algo sobre ti para volverte un ser como yo —indicó Ouma, explicándole a su opuesto lo que haría de forma bastante vaga. Esto era con un propósito, aquel de crear leve suspenso alrededor de la situación—. Ahora cierra los ojos, que esto va a doler mucho~ —canturreó melodioso, considerando bien lo que iba a hacer, pues a pesar de haberse estado preparando para este particular día por milenios, hasta un dios como él se ponía nervioso de vez en cuando.

Y, por supuesto, estaba bromeando con lo último que había dicho. Primeramente, por que nunca se encontraría capaz de hacerle más daño a su querido Shumai después de todo lo que tuvo que hacerle pasar en sus últimos días con vida. En segundo lugar, en el lugar donde estaba no existía tal cosa como el dolor, ni físico ni emocional.

Por obvias razones, Saihara no estaba consciente de ese detalle. Kokichi tomó ventaja de ese hecho solamente para molestar juguetonamente un poco a su opuesto, además de que serviría para probar el nivel de confianza que le tenía. Dos pájaros de un tiro.

Shuichi no estaba muy seguro si eso dolería de verdad o no, pues su tolerancia al dolor era considerablemente alta, pero no iba a dudar a su amado ahora de todas las instancias presentadas anteriormente. Confiaría en el proceso que conllevaría y el dolor que este implicaba, ya que estaba dispuesto a hacer lo que fuese por quedarse al lado de Ouma al menos un segundo más.

↳ ☁️₊˚. ··· Ethereal »-Oumasai-«Where stories live. Discover now