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Taehyung nunca le tuvo miedo a la obscuridad.

Cuando era un niño, construía fuertes de cobijas y almohadas con ayuda de su mamá. Se reía mucho cuando su edificación se venía abajo y terminaba en medio de todo completamente cubierto por las mantas, pero le gustaba también cuando estaba adentro y todo permanecía en silencio, sólo su lámpara de estrellas y él, nada más.

Así que no, no tenía miedo a no ver nada, a que la oscuridad llenara todo lo que tenía, o a que todo se quedara obscuro y en silencio, de hecho, amaba la sensación de paz que eso le traía.

Es por eso que, cuando abre los ojos ligeramente y no puede alcanzar a divisar nada, sólo suspira bajito y cierra los ojos de nuevo, apegándose al cuerpo a su lado que le acaricia el cabello y lo atrae para abrazarlo, ambos en medio de la cama.

—Ya te desperté... Perdón.

Taehyung niega con la cabeza y se apega a Jungkook, quien continúa acariciando su cabello. La luz natural del día se ha ido, y ahora toda la habitación se encuentra a obscuras. Taehyung ha perdido la cuenta del tiempo desde que terminó por cerrar los ojos y dormirse en los brazos del chico al que apenas hace unas horas le ha confesado sus sentimientos.

—Está bien, ya he dormido bastante. —responde, con la voz aún adormilada e inevitablemente bosteza sin hacer mucho ruido.

Jungkook se ríe ligeramente y deja un beso sobre su frente. —Duerme más si quieres, no hay problema. —le dice, pero ante el ligero gruñido del estómago de Taehyung, termina por sonreír. —O también podemos ir a cenar, ¿está bien? Hyung está aquí, ya ha llegado del trabajo.

—En realidad creo que es mejor que me vaya... —murmura, pero contrario a lo que dice, se apega más a los brazos de Jungkook.

—Duerme otro rato, mi amor, de verdad está bien. Es tarde, sí, pero no importa si aun tienes sueño. —le dice, acariciando de nuevo su cabello.

Taehyung niega y deja en beso sobre la mejilla de Jungkook, luego está apartándose apenas un poco para poder verlo aún si la oscuridad reduce la visibilidad al mínimo. Allí, en medio del silencio y la calma, sonríe poquito y le acaricia el rostro con una mano, sus ojos perdidos en las facciones del chico por el que siente cosas que jamás ha sentido.

—Mi amor... M-m gusta eso, Jungkook, ¿puedes decirlo?

Jungkook le sonríe y asiente poquito antes de dejar un beso sobre sus labios. —Mi amor. —le dice en voz bajita, y luego está besándolo de nuevo, solo separándose para murmurar de nuevo esas palabras que tanto adora Taehyung, porque le hacen sentir seguro.

Y un par de golpes en la puerta rompen el hechizo.

—¡Idiota, sal de allí, SeokJin tiene lista la cena!

Taehyung no puede evitar saltar ante la voz de Jimin, que golpea la puerta con fuerza y suelta algunas advertencias antes de marcharse, todas dedicadas a lo mal que le ira de no darse prisa para que cenen todos juntos.

—Ese enano jamás había sido tan imprudente. —dice Jungkook riendo.

Taehyung ríe con él porque a medida que conoce a Jimin, más se acostumbra a su personalidad salvaje. —Deberías ir.

—Deberíamos, más bien. Y no, no te preocupes, ellos siempre me llaman cuando apenas va a estar lista la comida, pero solo es un engaño para que yo sirva los platos. —le dice antes de encogerse de hombros y luego está abrazándolo por la cintura para atraerlo hacia él. —Por cierto... Tengo una duda, ¿cómo supiste que te gustan los chicos? —le pregunta de repente, la idea llegando sin previo aviso.

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