.14. Problemas.

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Viernes, último día de la semana y estaba tan alegre y lleno de vida como yo. Me ayudó mucho irme a dormir con una gran sonrisa en el rostro. La noche anterior, por primera vez en mucho tiempo me divertí como solía hacerlo. Con pizzas, cervezas y vergonzosas anécdotas de cada uno, todo había sido genial hasta ese momento.

Debía entrar a clases y enfrentarme a Matt. El día anterior no quedaron nada bien las cosas entre nosotros. Contaba con el apoyo de Theo, pero ese día me tocaba sentar al final del salón detrás de él. En momentos como ese, me hacían pensar si el destino jugaba de mi lado o en contra. Prefería concentrarme leyendo mis apuntes y no pensar en nada más, hasta que lo escuché tomar su lugar.

- Hola Dinah – me saludó y levanté mi mirada hacia él.

- Hola Matt – le respondí y pude ver que estaba un poco mejor que ayer.

- ¿Podemos hablar "civilizadamente" en el descanso? – me preguntó resaltando la palabra civilizadamente.

- Sí, claro – le dije con una pequeña sonrisa.

En las siguientes clases no me insistió en nada más, manteniendo su distancia en todo momento. Theo no se a despegaba de mí lado en las siguientes horas y conversamos de cualquier tema como dos jóvenes normales, más que nada quería saber sobre lo que le gustaba a mi hermano. En la hora del almuerzo, Matt se acercó hasta donde estábamos, pero mi querido amigo se colocó por instinto en el medio.

- Tranquilo Theo – le dijo Matt muy calmado – Solo quiero arreglar las cosas con ella.

- Me moveré solo si ella me lo pide – le respondió manteniendo una voz muy firme.

- Ya Theo, no te preocupes – le dije tocando su brazo – Espéranos en nuestra mesa, enseguida entramos.

Antes de irse me miró una vez más para asegurarse de que todo estuviera bien. Con Matt caminamos hasta el banco más apartado en completo silencio.

- Matt sobre lo de ayer... - comencé a decirle.

- No Dinah, soy yo el que se ha estado comportando como un idiota, queriendo presionarte para que admitas algo que no estás dispuesta hacerlo – volteé a mirar al cielo y observaba como las aves volaban para no derrumbarme delante de él – Pero tampoco quiero perderte, quiero proponerte de intentar ser amigos, de conocernos más.

- Acepto intentarlo – le respondí mirándolo a los ojos y veo aquel brillo de entusiasmo florecer – Pero quiero dejarte en claro que habrá muchas preguntas que no podré responderte, si puedes con todo eso... nos irá bien.

- Supuse que me dirías eso – dejó escapar un corto suspiro antes de proseguir – Pero lo acepto, cualquier condición con tal de no perderte, solo prométeme que no volverás a irte así.

- No puedo prometerte eso, tengo una obligación que me hace viajar varias veces, pero si te puedo prometer que siempre regresaré.

- Supongo que si te pregunto cuál es esa obligación no tendré respuesta.

- Hay muchas cosas de mi vida que es preferible que te quedes apartado – le respondí.

- Okey, entiendo... Bueno, en realidad no – me dijo riendo.

- Es complicado – me sentía muy mal tener que mentirle.

- No lo es – me tomó de la barbilla para que lo mire a los ojos – Podemos intentarlo.

- Okey.

- Ahora tengo una pregunta para ti – me preocupaba lo que estuviera por decir - ¿Debo preocuparme de que tu hermano me dé una golpiza?

Guardianes de la TierraWhere stories live. Discover now