002: Pʀᴏ́ʟᴏɢᴏ

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PRÓLOGO

Una brisa serpentea por los barrios abandonados de Seul para luego morir con tu ventana. Jungkook despertó en penumbras y silencio. Pensamientos acuden a su mente como fantasmas de vidas y le recuerda donde está.

Sus pupilas danzan investigando la habitación que lentamente comienza a enseñarle sus huesos.

Sus rodillas parecen pedirle permiso a la noche para levantarse. Esta demasiado débil. Inhaló entonces para sentirse vivo, contaminado sus pulmones con el polvo en el proceso.

Los objetos de la habitación se van transformando en siluetas y sus ojos se fijan en la puerta de entrada, donde un armario de madera continúa bloqueando el acceso.

Tras dar un paso, contempla la mesa donde le espera el cuaderno. La mesa parece hablarle a través de la madera. Ayer no lo oía, se quedó allí sentado mientras su mirada buscaba otras cosas. Hoy es diferente

Cuando da el primer paso el parqué chirría bajo sus pies. Se paraliza y aguda el oido. Los segundos transcurren acompañados por un único sonido: el de su respiración... Sin embargo, no es la primera vez que sucede. Tiene que encontrar una forma de silenciar el bendito parqué. Se cerciora una vez más de que nadie la halla oído y continúa hacia la mesa.

Se sienta en la silla y frunce el rostro al sentir el respaldo del metal. A continuación, coge el mechero y enciende una vela. La zona se ilumina al ritmo de inmediato al ritmo de la llama. Algo dentro de él arde en deseos de expresarse, de contarlo todo. Cree oír un coche a la distancia pero el ruido desaparece tan rápido que no le da ocasión de pensar en el.

Estira su mano hacia la mesa y coge el único bolígrafo que le queda. Aquel cuaderno parece exigirle que de explicaciones. Ayer estuvo horas frente al endemoniado objeto; hoy, sin embargo, la batalla parece decantarse en su favor.

Tras supirar, escribe su nombre:
Mi nombre es Jeon Jungkook. El reloj en mi muñeca marca que son las 04:13 de la madrugada. La electricidad se ha convertido, irónicamente, en un lugo del pasado.

¿Por dónde empezar?...

Antes de que Seul se convirtiera en una nube de putrefacción y gritos pasaba la mayor parte de mi tiempo en: La Universidad.

Estudiar, estudiar , esa "es" era la única manera de triunfar en el mundo. Estudios de grado, másteres, posgrados, cursos... Antes de que las luces de la ciudad es extiguieran estaba apunto de conseguir mi título de: Medicina.

Por aquel antes vivió en un piso en el sureste de Seul con mi pareja Park Jimin. Mientras te escribo y te pienso, Jimin, unas turbinas rugen en el cielo... Los ilusos aún creen que pueden retomar la ciudad. ¿Para qué, Jimin, para qué?

Otra explosión más, demasiado cerca. El mismo polvo de yeso que respiro rodea estas palabras. Y ¿para qué? Habría que bombardear toda la ciudad. Me siento como Anna Frank; me siento como ella pero sin ganas de vivir.

Si tan sólo estuvieras tú, el hombre de mi vida a mi lado... ¿Que hable con Kitty? ¡Tu y tus ideas! Muy bien... ¿Qué, Kitty? ¿Que donde está Jimin ahora? ¡ Eres curiosa! Te lo contaré. Pero será mejor que empiece por el principio. Por el día en que Seul se fue al infierno.

Recuerdo que viajaba en el metro y...

☯︎☯︎

Los murmullos de los pasajeros y el movimiento del tren van cerrando sus ojos. Dormido apoyando contra la puerta hasta que un olor despierta su olfato

Frunciendo la nariz, mira y huele a su alrededor. Un hombre frente a él se llava un pañuelo a la boca mientras tose. Se marea. El tren continúa avanzando, <<Próxima Parada>> anuncia la grabación por los altavoces.

El hedor ya está en sus pulmones. A su izquierda un vagabundo pelea con una mujer. Mantiene su mirada en aquella dirección e inhaló. Aquella peste solo puede venir del mendigo... Oye otra tos.

Gira el cuello y descubre a un hombre que, acaparando dos de los tres asientos, se lleva el cuello de la camisa a la boca. Gotas de sudor resbalan por su frente al ritmo de una bolsa con patatas fritas y Coca Cola que se mece a sus pies.

Estaba cerrando los ojos una vez más cuando oye un sonido gutural a su derecha. El hombre obeso ha vomitado pintando un charco amarillento en el suelo. Una mujer -salpicada por el líquido- lo insulta con las manos en el aire y todo tipo de abjetivos en su boca.

<<Próxima Parada>> -anuncia la voz sintética-. Las puertas se abren y deja que el aire llene sus pulmones mientras abandona el tren con presteza.

ᴀᴘᴏᴄᴀʟʏᴘsᴇ | ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋOù les histoires vivent. Découvrez maintenant