ღ; veintitrés

81 12 0
                                    

Es un laberinto, no quiero mirar hacia atrás

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Es un laberinto, no quiero mirar hacia atrás

Es un laberinto, no quiero mirar hacia atrás

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lunes, 13 de agosto de 2018

Sentados en sillitas de plástico alrededor de la barbacoa cocinando nubes con las brasas, así es como estaban pasando la noche del lunes. Estaban mayormente en silencio, algunos mirando a un sitio en concreto, otros desviando la vista a demasiados lugares. El ambiente había decaído un poco ya que horas atrás Minho y Jisung habían decidido correr la voz sobre las amenazas que Seungmin recibía a diario, y lógicamente se habían molestado, tanto con él por no contar lo que le sucedía, como con las personas que lo estaban acosando. La misma impotencia era la que los mantenía callados. Parecía un ambiente tenso, pero era todo lo contrario. Algo más pensativo, incluso triste.

- Mira, no me hagáis arrepentirme de haberlo contado todo. Vamos a hablar de algo, que parece que estamos velando a un muerto - la voz de Jisung sacó a todos de sus pensamientos. 

- Bien, ¿de qué quieres hablar? - preguntó Minho, con voz cansada.

- Pues no sé, de lo que sea. Podemos jugar a algo, o preguntarnos cosas.

- Podríamos contar algo que los demás no sepan de nosotros - escupió Nami como si fuera veneno. Seungmin la miró, dolido.

- Vale, ¿qué tal hablar sobre nuestro pasado? No sé de dónde venís la mayoría de los que estáis aquí - Jisung abultó su labio inferior, viéndose adorable. Pero era cierto, desconocía lo que había ocurrido en la vida de los que se hacían llamar sus amigos.

- Jisung, puede que haya gente que no se sienta cómoda haciéndolo - acentuó Chan, con la sensatez que lo caracterizaba.

- Lo sé, y lo entiendo. Aquella persona que no quiera hablar, es libre de hacer lo que prefiera. Si queréis empiezo yo - todos asintieron, un poco inseguros sobre lo que pasaría-. Bien, pues no hay mucho que contar. Como ya sabéis, soy un desastre, así que he tenido muchos accidentes. Tantos, que no recuerdo ninguno. Tengo una hermana mayor que en parte me motivaba a hacer todas esas trastadas. Pero, ahora que lo pienso, no hay nada destacable... - se aclaró la garganta, intentado esconder su incomodidad.

- Nos puedes contar como empezaste a salir con Nami - la mencionada se retorció en su asiento ante la pregunta de Felix. No quería sacar su noviazgo, pero parecía no tener escapatoria. Simplemente deseaba no arrepentirse.

- Pues... Siempre hemos sido compañeros de clase. Cuando teníamos como... 13 años o así, discutimos y acabamos castigados a la hora del recreo. A partir de ahí, nos conocimos mejor, y descubrimos que éramos más parecidos de lo que pensábamos. Nuestra amistad siguió desarrollándose hasta que unos tres años y medio después... Simplemente surgió. Empezamos a salir - Jisung miró a la que todavía era su pareja, en busca de apoyo. Ella se limitó a asentir, dando la razón a todo lo que había dicho, pero no se molestó en añadir detalles-. Bueno... ¿Vamos en el orden de las agujas del reloj? 

- Podemos hacerlo así, si queréis - intervino Jeongin, tímido-. Pero ahora me toca a mi, y no me veo con la confianza suficiente para contarlo. No es por vosotros, sino por mi. Prefiero estar más preparado - al ver como sus ojos se cristalizaban, Chan le acarició el hombro, hablando.

- No te preocupes, Jeonginnie, seguiré yo. No te obligues - el más joven de todos asintió, agradecido. La historia de su vida no estaba bien bien centrada en él mismo, pero no sentía fuerzas suficientes como para hablar con ello con facilidad. Chris se aclaró la garganta, volviendo a recostar la espalda en la silla-. Intentaré explicarlo lo más breve posible - Seungmin se revolvió en su asiento, mirando al mayor, quien lo tranquilizó con la mirada-. Como ya sabéis, nací en Australia, pero por motivos familiares me mudé a Corea, de donde mi familia es originaria. Empecé el instituto, donde me enamoré de una chica... increíble a mis ojos - no podía esconder su sonrisa melancólica-. Por suerte para mí, ella también sentía lo mismo, así que no pasó mucho tiempo cuando le pedí salir. Ella tenía un hermano menor interesado en el tema de la música, yo llevaba algunos años practicando, ya que mi familia siempre ha tenido talento para los instrumentos y el canto. Intenté ayudarle lo máximo que podía, y me acabé llevando genial con él también - se rascó levemente la mejilla a la vez que su sonrisa desaparecía-. Pero un día aparecieron con la noticia de que debían mudarse, así que acabamos con nuestra relación, ya que ella creía que nunca más volvería a Corea. Y tenía razón. Nunca la volví a ver de nuevo. Aunque con su hermano a veces hablaba. Para ese entonces, mi familia ya se había vuelto a Australia, pero yo me quedé en casa de mi abuela, hasta que ella nos dejó. Yo ya era mayor, así que me quedé en su piso. Tuve compañeros que alquilaron las habitaciones gracias a los anuncios que publiqué, pero estos acabaron yéndose también. Me quedé completamente solo. Decidí no alquilar más las habitaciones, y quedarme el piso entero para mí. Pronto se llenó de instrumentos y ordenadores. En el fondo, me quedé por amor, esperando a que ella algún día volviera. Pero nunca lo hizo, porque no la protegí cuando debí hacerlo.

- Wow... - Jisung rompió el silencio que se había formado.- ¿Y ahora qué sientes?

- Acabé aceptando la situación. Hace un tiempo ya la superé.

- ¿A base de conocer a alguien más?

- No. A base de romperme el corazón - rió, dolido-. El amor es bonito, pero también hace daño. De todos modos, eso ya es el pasado. Ahora estoy bien - miró al chico de pecas a su lado-. Tu turno, Lix.

- B-Bueno, de mí ya sabéis prácticamente todo - se sobó tiernamente las rodillas. Al notar su nerviosismo, los chicos junto a él se movieron para tranquilizarlo, Chan acariciando su espalda y Changbin colocando la mano sobre la suya-. En Australia me di cuenta de mi orientación sexual gracias a un compañero. Era mi crush. Pero todo salió mal por una trampa que me preparó. Toda mi clase, o más bien, todo el instituto se volvió contra mi. No tenía a nadie, incluso mis amigas más cercanas, a quienes consideraba familia, se desvanecieron, solo por mantener su reputación. Por suerte, años después mi familia tuvo que mudarse a Corea por trabajo de mi padre. Me lo tomé como un reinicio en la vida, una oportunidad para vivir de verdad. Pero al principio me asusté, porque notaba que estaba caminando hacia el mismo infierno del que traté de salir. Pero entonces, llegó ese buen día en el que Haru y Hyunjin decidieron intervenir, defendiendo al pardillo de la clase. Y bueno, el resto de la historia ya os la sabéis, porque también os involucra a todos vosotros - miró a los dos chicos que había mencionado. Haru tenía una sonrisa grabada en su rostro, mientras que Hyunjin trataba de esconderla agachando la mirada-. Siempre estaré agradecido de que aquel día se os fuera la pinza.

Pero, en el fondo, todos lo estaban, por que gracias a aquella gentil intervención, se habían acabado juntando, haciendo que su amistad se formara.

Pero, en el fondo, todos lo estaban, por que gracias a aquella gentil intervención, se habían acabado juntando, haciendo que su amistad se formara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

~15052021

「 水 」INEFABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora