ღ; quince

79 16 0
                                    

Estoy asustado de que llegue el día en el que me convierta en adulto

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Estoy asustado de que llegue el día en el que me convierta en adulto

Estoy asustado de que llegue el día en el que me convierta en adulto

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Viernes, 10 de agosto de 2018

La oscuridad de la noche inundaba el cielo, con pequeñas motas brillantes flotando alrededor de las discretas nubes. La música irrumpía esa tranquilidad característica de una playa al anochecer. Las casetas de madera, adornadas con guirnaldas de luces de colores, se repartían a lo largo del paseo, con sus feriantes atrayendo la atención de las personas que paseaban por allí.

Felix caminaba agarrado al brazo de su amiga, comentando cada cosa que veían. Hyunjin y Changbin iban a sus espaldas.

- ¡Lixie, ahí venden algodón de azúcar! - señaló Haru, emocionada- ¿Quieres?

No obtuvo respuesta, solo notó un tirón del brazo y sentía como la arrastraban hacia el puesto. Changbin sonreía, en silencio, viendo a la pareja disfrutar como niños. El australiano, una vez había pedido un algodón rosa grande para compartir con la chica, se giró hacia los que parecían sus dos guardaespaldas.

- ¿Vosotros queréis algo? ¡Yo invito! - Hyunjin rechazó la oferta negando con la cabeza, así que los ojos del de pecas se detuvieron en el más bajito. Changbin sintió como se le paraba el mundo. Una luz cálida bañaba el rostro del menor, como si el mismísimo sol le acariciara. Por la brisa, algunos mechones de su flequillo estaban desordenados, pero no parecía importarle lo más mínimo. 

- No, gracias - salió de su ensoñación lo más rápido que pudo, evitando que fuera a más-. Yo prefiero un churro.

Felix jadeó, abriendo los ojos y mirando a su alrededor, alarmado.

- ¿¡Hay churros!? No puede ser...

El mayor rió ante la desesperación del chico. Pidió a Hyunjin que le acompañara a comprar, no sin antes avisar a los que esperaban por su enorme algodón de azúcar de que volverían enseguida.

Caminaron en silencio unos puestos más arriba, llegando al hombre que vendía los aclamados churros. 

- Deme cuatro, por favor - el hombre se puso manos a la obra, ignorando la conversación de sus clientes.

「 水 」INEFABLEWhere stories live. Discover now