Capítulo 11 - Migraña.

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El vuelo estuvo tranquilo. Meredith durmió todo el viaje mientras que Derek leía un libro. Seguían sin hablarse. Finalmente, llegaron. Ambos se tomaron un taxi. Derek le dijo la dirección de su casa. El ambiente estaba tan tenso y silencioso que el chófer no largó ni una sola palabra. Meredith interrumpió este clima.
"Seguirás enojado por mucho tiempo más?".
"Aquí no Meredith..." - Dijo mirando al chófer por el espejo retrovisor.
"Sí. Lo haremos aquí" - Replicó ella - "No puedes seguir enojado. Superalo".
Derek no respondió.
"Derek!" - Gritó - "Ya he olvidado hasta por qué estás enojado".
"Vaya! Eso sí que funciona. Gracias Meredith" - Dijo con ironía.
Meredith volteó sus ojos.
"Por lo menos puedes decirme por qué estás enojado?".
"Mark" - Murmuró.
"Esto es suficiente!" - Exclamó Meredith - "Yo me iré a casa".
Le dijo al chófer la dirección de su casa (la que compartía con Alex y Cristina), él asintió y se dirigió primero hacía la casa de ella.
"Gracias" - Dijo Meredith forzando una sonrisa.
"Yo pago" - Interrumpió Derek.
"No. Yo puedo pagar mis cosas" - Respondió enojada.
Le entregó el dinero al taxista y bajó del auto. Derek se ofreció a ayudarla a bajar sus valijas aunque fue inútil. Lo rechazó en cinco idiomas diferentes.
Entró a su casa sin dirigirle la palabra.
"Tiene carácter" - Se burló el conductor.
Derek sonrió débilmente y continuaron el viaje.
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Meredith se encontraba sola en casa. Estaba en su habitación mirando tele mientras comía palomitas de maíz.
Su teléfono vibró en su mesita de noche. "Derek" marcó el notificador de llamadas. Ella agarró el teléfono, rechazó la llamada y lo apagó.
Escuchó que la puerta principal se abría.
"Oye oye, espera, sabes qué? Vete a la mierda" - Gritó Cristina.
Meredith supuso que estaba hablando por teléfono.
Cristina vió junto a la puerta, dos bolsos e inmediatamente subió hacía el cuarto de Meredith.
"Los hombres son idiotas" - Dijo acostadose junto a ella.
"Sí. Lo son" - Afirmó.
Cristina miró a Meredith y ella le devolvió la mirada.
"Palomitas?" - Ofreció.
"Tú sabés" - Asintió - "Sabés qué falta?".
La pequeña rubia se separó unos centímetros y se dió vuelta para agarrar algo debajo de la cama. Sacó una botella de Tequila. Cristina sonrió con brillo en su mirada.
"Si fuera lesbiana ya me hubiera acostado contigo - Comentó.
Ambas ríeron y continuaron mirando la película.
"Sabés que ambas tenemos que ir a la universidad mañana, verdad?" - Preguntó su amiga.
"No. Tú irás" - Respondió Meredith bebiendo del pico de la botella.
"Evitas a Derek?".
"Evitas a Burke?".
"Alex irá mañana" - Dijo quitándole la botella y tomando un gran trago.
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Por su parte, Derek llegó a casa y dejó sus cosas. Llamó a Meredith varías veces pero no había logrado obtener ninguna respuesta. Eran las 2 am. Mañana debería ir a dar clases. Organizó sus cosas para la mañana siguiente y fue a acostarse.
Su cabeza no dejaba de pensar en ella. Él había sido un estúpido. Enojarse porque no le dijo lo de Amelia y luego ponerse celoso de Mark? En que diablos estaba pensando!. Derek se torturó hasta quedarse dormido.
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"Bueno clase, eso es todo. Pueden irse" - Dijo Derek con una sonrisa.
Recogió sus cosas y se fue hacía el campus. Aprovechó el momento y llamó a Meredith. No contestó. Vió a Alex salir de su salón e inmediatamente se dirigió hacía él.
"Hey!".
"Hey!" - Respondió Alex.
"Sabés algo de Meredith?" - Preguntó.
"Ella no estaba contigo?".
"Si pero...".
Antes de que él pudiera contarle, el teléfono de Alex sonó.
"Cristina, qué sucede?"
"Es Meredith. Ayer tomó un poco... Tomó mucho y está con resaca. Pero yo debo irme, tengo que hacer unas cosas".
Alex miró a Derek.
"De acuerdo. Yo me encargo" - Asintió inseguro.
"Gracias Alex!" - Exclamó.
"Sí, sé sobre Meredith" - Comentó Alex con una extraña mirada.
"Qué sucedió?" - Preguntó preocupado.
"Meredith tiene resaca. Vé a casa y cuídala. Llegaré tarde. Tienes las llaves no?".
"Si, las tengo. Iré inmediatamente".
Derek giró sobre sus talones y casi se va corriendo.
"Si la lastimas tendrás serios problemas Shepherd!" - Gritó Alex.
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La cabeza de Meredith no dejaba de dolerle. El dolor llegaba hasta sus ojos. La migraña era fuerte. Tenía náuseas y su estado era deplorable.
"Mierda" - Murmuró - "Nunca más volveré a tomar".
Meredith se cambió. Vistió solamente un buzo grande y largo bordó. Hizo de su cabello rubio un rodete algo desordenado, dejando caer dos mechones rubios a ambos lados de su rostro. Bajó como pudo las escaleras y fue a la cocina. Se hizo café, junto a con unos cereales e ingirió una pastilla para el dolor de cabeza. Estaba por comer cuando sonó el ruido de las llaves abriendo la puerta. Meredith puso sus brazos sobre la mesa y hundió su cabeza en ellos.
"Meredith?" - Gritó una voz que ella conocía muy bien.
"Y ahora que?" - Murmuró para sí misma.
"Meredith!" - Gritó Derek entrando a la cocina.
"Quieres dejar de gritar? El dolor de cabeza está matándome" - Chilló.
"El dolor no te estaría matando si no hubieras venido tanto" - Replicó.
Ella levantó su cabeza y lo fulminó con la mirada.
"Qué hacés aquí?" - Dijo enfadada.
"Vine a cuidar de ti".
"No lo necesito".
Meredith se levantó. Antes de que pudiera subir las escaleras, Derek la tomó de la mano y en un rápido movimiento la acorraló contra la puerta principal. Sus cuerpos estaban pegados y sus bocas estaban a centímetros.
"No respondiste mis llamadas".
"No. Ahora quítate. Estoy enojada!" - Gritó Meredith pegándole suavemente.
Derek sujetó sus muñecas; Las subió  hasta a ambos lados de su cabeza y las pegó contra la puerta, haciendo que ella se quede inmóvil de brazos.
Se acercó hacía su boca sintiendo como el cálido aliento de ambos se convertía en uno solo.
"Dicen que el sexo alivia el dolor de cabeza" - Susurró.
Él la besó salvajemente. Sus lenguas se encontraron. Derek apoyó su bulto en ella provocando un jadeo.
"No podemos hacerlo aquí" - Dijo Meredith.
"Tienes razón" - Dijo Derek - "Dónde quieres hacerlo? En la cocina, en el sillón...".
"Derek!" - Exclamó.
"Qué?" - Se burló mientras le depositaba besos en el cuello.
"Te estoy hablando enserio".
"También yo".
"Cristina o Alex pueden llegar en cualquier momento!".
"Alex y Cristina llegarán tarde".
Ella volteó sus ojos. Él la tomó y la levantó en el aire.
"Qué hacés? Bajame!" - Gritó.
"Si tú no decides, yo lo haré".
La llevó hacía la cocina y la sentó arriba de le mesada. Le dió un beso apasionado y ella abrió sus piernas para que él pudiera estar más cerca.
Recorrió con sus manos cada curva de su cuerpo. Ella comenzó a desabrocharle el cinturón. El beso fue Interrumpió cuando él levanto sus brazos para poder sacarle el buzo. Derek se apartó sorprendido. Ella no traía puesto nada debajo. Solamente sus bragas.
"Qué?" - Dijo ella.
"Esto facilita las cosas".
Meredith rió y él se sacó la remera volviendose hacía ella. Volvió a besarla. Mesajeó y chupó sus pezones. Pasó sus dedos por su zona. Estaba tan húmeda que no pudo evitar el deseo de estar dentro de ella. Él la miró y Meredith asintió con lujuria. Derek se deslizó dentro. Ella envolvió sus piernas alrededor de él para que pudiera ir más profundo y entrelazó sus manos en sus rizos. Empujó suavemente y luego comenzó a subir la velocidad. Ambos estaban en perfecto ritmo. Gimieron una y otra vez al igual que él salió y entró de ella.
Llegaron a su clímax. Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello y el la abrazó por la cintura. Después de unos minutos, su respiración volvió a la normalidad.
"Sabés qué sigo enojada verdad?" - Comentó ella mientras se ponía el buzo.
"Aún te duele la cabeza?" - Preguntó.
"No".
"Bueno, entonces funcionó" - Añadió con una sonrisa.
Meredith volteó sus ojos, mordiendose el labio inferior .
"Deberías desenojarte y agradecerme".
"Cállate".
"Cállate" - Se burló.
"Eres un idiota!" - Exclamó.
"Lo sé" - Respondió guiñeandole un ojo.

Sugar PaddyWhere stories live. Discover now