81 - La Guardia Real

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El plan habia sido el siguiente: Ben convencería al rey de liberar a Sheld, cosa que no lograría muy seguramente pero eso mantendría ocupados tanto al rey como a su guardia real el tiempo suficiente para que el verdadero plan de rescate funcionara

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El plan habia sido el siguiente: Ben convencería al rey de liberar a Sheld, cosa que no lograría muy seguramente pero eso mantendría ocupados tanto al rey como a su guardia real el tiempo suficiente para que el verdadero plan de rescate funcionara.

Por su parte, Carlos, Evie, la princesa Erida y sus ayudantes gnomos se infiltrarian en los calabozos y liberarian a Sheld sin que nadie lo note.

Cuando los soldados se den cuenta de que su prisionero escapó, ya sería muy tarde. Todos estarían camino a Auradon sanos y salvos  disfrutando de su victoria.

Un plan rápido, simple y perfecto.

Claro, ese fue solo el plan. La realidad fue un poco más desastrosa.

Ben volvió al castillo, exigiendo inmediatamente una audiencia directa con el rey. Debía fingir estar furioso con ellos y no dejarse mandonear ni pisotear de nuevo.

—¡Quiero hablar con el rey de espadas! —exigió tan pronto puso un pie en el castillo. 

Uno de los secretarios del rey lo recibió y le dio la misma excusa mundana, pero esta vez Ben no se dejó interrumpir.

—¡Si no viene, yo iré a buscarlo!

Ben se hizo paso dentro del castillo. El pequeño hombrecillo de bigote y gafas intentó detenerlo, pero bastó un simple empuje para que cayera al suelo como ficha de dominó.

—¡Guardias! ¡GUARDIAS!

Pronto, media docena de hombres vestidos en armaduras planas de metal rodearon a Ben.

—No se atrevería a atacar a un rey ¿o sí? —Ben sonrió ladino. Llevó su mano hasta la empuñadura de su espada, advirtiéndole a todos que no se dejaría vencer. 

Cómo respuesta, uno de los soldados a sus espaldas dio un paso al frente dispuesto a atacarlo por sorpresa. El soldado blandió su sable de hierro en el aire decidido, pero antes de que pudiera tocar uno solo de sus cabellos castaños, los guardias de Auradon que lo acompañaban intervinieron. Uno de los escoltas bloqueó el ataque y otro lanzó al naipe lejos del Rey. 

Cómo si fuese un pedazo de papel, el soldado de Auradon sometió a su contraparte de espadas.

Los guardias de espadas se pusieron al ataque. Los seis soldados sacaron sus armas y los rodearon, como buitres mecánicos acechando a una presa. 

Cuatro de ellos se abalanzaron sobre la pareja de escoltas. Sus espadas y garrotes resonaban contra la armadura de los Auradon años pero no lograban causarles algún daño importante.

Los dos naipes restantes fueron contra el rey.

Ben esquivó un golpe de garrote. Saltó y tumbó a su atacante de una patada en un muslo. El soldado cayó ruidosamente contra las baldosas.

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⏰ Última actualización: Apr 25, 2021 ⏰

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