Love Deal

Capítulo 5

Terminar con Momo le había llevado dos días, un collar de diamantes y una cena en el mejor restaurante de la ciudad. En efecto, ella había fantaseado con la posibilidad de casarse con Shoto pero no había roto en llanto, como se esperaría de una novia muy enamorada, cuando él la llevó a su casa y le dijo que todo acababa entre los dos. No, Momo solamente se había limitado a tomar los diamantes que él le había regalado entre sus manos y pedirle que se fuera de su casa mientras pasaba la yema de sus pulgares sobre las piedras preciosas. 

Él debería sentirse humillado, puesto que ninguna mujer le había echado de su casa, pero no era así, pues descubrió que apenas puso un pie fuera de aquel costoso piso, y supo que jamás tendría que volver a entrar, sintió una sensación de frescura inigualable. Extrañaría lo desinhibida que era en la cama y la forma en que solía provocarlo, pero nada más; en el círculo en el que ellos se movían las personas se limitaban a dar y obtener dos cosas principales: Sexo y regalos costosos.  

A partir de ese momento comenzaba el plan que había forjado con _______ en su casa, hacerle creer a todo el mundo que se amaban con locura. Así que decidido presionó el botón que lo comunicaría con Mina.  

— Quiero que me hagas un favor especial — en parte se sintió un poco mal por tener que engañarla a ella y a su madre, pero todo esto era por salvar los proyectos de vida de él y de su amiga — Asegúrate de seguir al pie de la letra lo que voy a pedirte —.  

***

_______ se encontraba terminando su sesión de fotos para el catálogo de ese año cuando uno de los chicos pertenecientes a apoyo logístico abrió la puerta del set y, ante la mirada atónita de las 15 modelos que estaban ahí, dejó pasar un mensajero con el que tenía que ser el arreglo de rosas más grande de toda la historia.  

— Señorita _______, es para usted —.  

Ella se cubrió con la bata mientras observaba aquel enorme arreglo.  

— ¿Para mí? — preguntó mientras se acercaba y tomaba la pequeña tarjeta que descansaba entre las flores; con solo observar aquella caligrafía fina y elegante supo quién las enviaba.  

Tan rápida como una ventisca, Ochako le quitó la tarjeta de las manos.  

— Para ti, ángel, para que te alegren el día, aunque estas rosas se sientan envidiosas porque tú eres mil veces más hermosa — leyó en voz alta y subió su mirada a la cara de su amiga después de terminar de leer.  

_______ sonrió dándole vueltas al sobre que había contenido la tarjeta entre sus dedos, así que ya había empezado, pensó para sí misma antes de mirar a Ochako a los ojos, quien inmediatamente abrió esos orbes color ámbar como dos platos al entender lo que esto significaba: Shoto Todoroki había aceptado el disparatado plan de su mejor amiga.  

La sonrisa de ironía que la castaña puso se sumó a las que le daban sus compañeras, quienes se habían acercado a hacerle preguntas a la involucrada y a observar el ramo, pensando quién podría haber enviado el arreglo de 50 rosas rojas, blancas y rosadas  de tallo largo dispuestas en una especie de cono en torno a un trío de rosas unidas.  

— _______, ¿Tienes un pretendiente? — preguntó una de sus compañeras — Te lo tenías bien escondido, todas jurábamos que estabas soltera —.  

La fémina rió con suavidad el tiempo que tomaba la tarjeta de las manos de Ochako. Ella sabía que no debía ilusionarse, que esto no era más que una dramatización, pero no podía evitar sentir que su corazón latía a toda velocidad ante ese regalo, Shoto le había enviado flores algunas veces, pero jamás habían sido rosas, él solo regalaba rosas a su madre.