10

692 56 27
                                    

Castigo +18
1/2

El viaje fue desesperante, Segismundo gritaba y pedía que lo soltara, pero se había burlado de mi, sobrepasando a mi autoridad me había hecho enfadar. El trato se canceló a última hora haciéndonos volver de nuevo, cuando escuche que mis hombres buscaban a Segismundo me asuste mucho pensé que se habia perdido o a alguien lo secuestró, pero al escuchar que escapó por su propia voluntad hizo que mi sangre hirviera de rabia. Lo subestime y resultó inteligente, pero no volvería a pasar lo detendría antes de que eso sucediera. Llegamos al fin lo obligue a bajar del auto, me estaba costando ser amable.

-¡Soltadme! ¿que no entiendes que no quiero estar aquí?-. Lo llevaba casi a rastras hacia una habitación especial para el.

-Ustedes, llevenlo abajo-.

-Sí jefe-. Contestaron al unísono mis hombres, era increíble que los hayan despistado de esa forma.

-¿Se te escapó?-. Llegó Pablo, retirando su máscara y limpiando el sudor de su frente.

-Sí y no volverá a pasar-. Respondí imitando su acción está tarde y noche no sería nada fácil para el.

Comenzaba a oscurecer y Segismundo había dejado de gritar, después de hacerlo por casi tres horas seguidas. Había llegado el momento de su castigo, coloque mi pasamontañas de nuevo. Me dirigí a mi habitación especial, abrí la puerta encontrandolo sentado en el suelo. La habitación era grande con una enorme cama en medio, sábanas color vino y cadenas con esposas hacia los extremos, el no lo sabía pero en los armarios distintos juguetes sexuales estaban guardados que pronto usaría para el.

-Sabes, quería ser amable te juro que quise, pero tú mal comportamiento sólo empeora las cosas-.

-Tu no eres amable sólo quieres esto, que te tenga miedo. Pero no será así-.

-Vaya pues bien por ti, porque eso significa que te encantará todo lo que tengo preparado para ti-.

-No dejaré que me toques-.

-Lo siento esa no es una opción-. Me acerqué a el retirando de a poco mi cinturón, su rostro se tornó pálido en seguida.-Tranquilo, jamás te golpearia.

-Y-Ya lo hiciste una vez-. Su aroma se volvió agrio y asqueroso, me fastidiaba eso.

-Esta vez no seré gentil. Lo siento-. En un movimiento rápido, lo acerque acerque mi, estampando su cuerpo en la pared, estaba acorralado y lo tenía sólo para mi, estaba listo para tomar esos labios apetitosos y ese cuerpo que enmanaba sensualidad, dios comienzo a excitarme de más.

Acaricie sus caderas y baje hasta su trasero apretando y disfrutando de lo que ahora sería mío, el temblaba conforme tocaba trataba de zafarse pero en el fondo se que le gustaba la situación. Me separe de el, dándole la vuelta sus manos estaban sujetas por mi, mientras olía con detenimiento su cuello, mis pantalones crecieron mi erección era evidente y rozaba con su trasero el solo apretaba los ojos y suspiraba.

-N-No quiero...-.

-Sabes que si quieres, ¿acaso te molesta que haga esto?-. Le dije arrimando mi erección a el, leves jadeos salian de el, comencé a vendar sus ojos y una vez vendados, retire el pasamontañas y ataque su cuello succionado de este, lamiendo, mordiendo, me encantaba Segismundo lo adoraba su cuerpo era exquisito. Tentaba en la zona de la marca quería hacerla y reclamarlo como mío, pero me aterraba la idea.

-S-Sueltame...-.

-No puedo, de verdad me encantas-. Lo giré de nuevo besando sus labios el me correspondió y fue cuando me di cuenta que el también deseaba esto. Retire su ropa recordándole en la cama, encadene sus manos y pies.

-¡No! No lo hagas...-. Estaba tan desesperado por quitarselas pero era inútil, ahora estaba a mi disposición. Fue hacia el armario sacando un dildo color negro era pequeño, pero la potencias de las vibraciones lo haría sufrir.

-Tu elegiste esto, escapándote-. Me acerque a el, besando su cuerpo y apretando sus pezones mordiendo y succionando. Mis dedos se dirigieron a su entrada, estaba realmente mojado los introduje de una. Se mordia el labio inferior tratando de ocultar sus gemidos, pero los espasmos y mis dedos moviéndose ocasionando ruiditos en su interior por lo increíblemente mojado que estaba me hacían entender que le gustaba. Ahora vendría su verdedero castigo.

-¿¡Qué es eso!?-. Noto la diferencia y se sobresalto en cuanto el dildo se abrio paso a su entrada, echaba la cabeza hacia atrás suspirando y movimientos deleitantes comenzó hacer con sus caderas

-Es el momento de tu castigo-. Le dije apretando un pequeño control que controlarla las vibraciones, apreté el primer nivel.

-¡AHHH!-. Su cuerpo comenzó a temblar, sus jadeos cada vez eran más fuertes y sus gemidos se hicieron presentes. Toda esa imagen era verdaderamente preciosa, su olor a chocolate que impregnada hasta mi bello nasal, las gotas de lubricante natural que caen desde su trasero, me hacen querer poseerlo por completo marcarlo de por vida y tenerlo a mi disposición.-¡Quitadme esto!-.

-Sigues sin entender. Escapar sólo causó tu propia desdicha que más bien es como un premio, desde hoy vas aprender a obedecerme, harás lo que yo diga-. El segundo nivel comenzó.

~Ahhhh, mmm~.

-Vas a obedecer cuando diga que debes comer, obedecerme es tu prioridad. Quise ser blando pero tu elegiste esto-. Sus gemidos aumentaban y sudor caía de su frente.

-P-Pudrete...-.

-Bien, como quieras-. Tercer y último nivel.

~Ahhhh, y-ya... mmm~.

-¿Disculpa, no te escuché?-. Arqueaba la espalda y se movía con desesperación esas cadenas podrían romperse, su miembro estaba erecto y aproveché para masturbarlo, ocasionando miles de insultos y bellos gemidos que endulzaban mi oído como melodías.

-H-Haré... lo que me pidas. ¡Para!-. Habló con esfuerzo.

-Te faltó algo-. Apreté la punta de su miembro impidiendo que se corriera, de su labio brotó sangre se mordia constantemente y le hice el favor de limpirlo, besando sus ensalivados labios, estaba deseoso por tenerlo arriba de mi, gimiendo y moviéndose para mi.

-P-Por favor... ¡Amo!-.

-Vez, no era tan difícil pedirlo-. Solté su miembro y chorros de líquido blanco salieron, detuve las vibraciones y retire el aparato de el. Estaba agitado y temblaba cada vez que tocaba su cuerpo.

-Ahhh, por f-favor desateme-.

-Ya que lo pediste por favor. Así me será más fácil hacer lo que se viene a continuación-.

-¿Qué?-.


























































































Remin

Tuyo (Segilio) FINALIZADA Where stories live. Discover now