En una calle concurrida de Londres, bajo el olor a té, flores y escencial se encontraba el, tan callado, frío, analítico, calculador, Levi, pero, no por eso el estaba solo, su mejor amiga estaba allí, la amiga con la que quiera más que una amistad...
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El reloj marcaba ya las ocho de la mañana, Aragon dormitaba tranquilo, cómodo sobre la cama cuando un mensaje llego, uno de Hange donde me pedía ir a su casa, que el padre de ___ me buscaba.
Que fastidio, aun tenia que desayunar y ella estaría por llegar en cualquier momento. Pero no podía hacer nada ¿Cierto? Ahg cierto.
Estar allí por media hora, observando de manera vaga las miradas que mi padre me proporcionaba, miradas de molestia, decepción y asombro, soportar las interrogantes, y analizar mas a profundidades. Todo paso tan rápido, que, ahora que regresaba a casa solo podía pensar en blanco, me sentía ido, distraído.
Al llegar a casa ____ ya estaba allí, esperándome, con el brazo flexionado, sentada en la entrada principal, a pesar de tener llaves, ella seguía allí sentada.
—Lamento si te hice esperar yo... ¿Estas bien?
Pregunte mirando su brazo y después al piso, sin poder sacarme de la cabeza lo que su padre me había dicho.
—¿Lo dices por esto? —. Pregunto bajando el brazo y desasiéndose del algodón —Si, solo es... mamá insistió en mandarme en hacer unos análisis, yo digo que solo es una infección de vías urinarias pero..
—Pero..—. Aquí venia, no quería escucharlo, pero sabia que eso pasaría tarde o temprano, de todas las veces, en algunos momentos nos descuidamos, y ahora estaba la consecuencia.
—Levi... sera mejor que entremos a tu casa, oye.. estas pálido ¿Estas bien?
—¿Eh? Si... si lo estoy.
Las manos me temblaban para ingresar las llaves, ya sabia lo que se veía y aun así no me sentía del todo preparado. Palidecí. Estaba más pálido que lo de costumbre, se veía casi transparente. Llegue a dejar de poner atención al ruido hasta que _____ me preguntó si quería algo de la cocina, a lo que respondió con un rotundo y completo "No, gracias".
Me asustó. No por miedo... Bueno, sí, pero, más bien, no por desagrado, sino por no realmente no saber qué hacer.
—Ven, siéntate, vera mis padres piensan que estoy embarazada, hay una sospecha, así que fui con mamá a que me hicieran análisis de urgencia en la clínica donde trabaja y...
— ______... — Nombre, preparando una taza de té para poder tranquilizarme. Unas cuantos tarros de azúcar. — ¿cuándo es tu próximo periodo?
Sabía que hablar de esos temas para algunas personas podía ser incómodo, pero necesitaba saberlo, porque de eso dependía si las flores que compraría eran para funeral o regalo. Y bueno, estaba nervioso, podía verse a leguas.
— Es que... Bueno... Ay, no. — Mee eche de lleno en la silla, tallando mi rostro, tratando de bajarse las huevas. — ¿Me prometes no matarme? Fue un despiste ¿Lo prometes?
