Sinopsis:
Kara llega a la tierra luego de que su mundo acabara de explotar. Con la sensación de que lo ha perdido todo, su nave se desvía tras alcanzar la ola de choque de la explosión y pasa encerrada en la zona fantasma hasta que logra salir.
Al...
Teníamos todo listo para irnos. Winn se había despedido de todos y estaba por llegar a la nave. Preparé todo para tener listo para el salto en el tiempo, me aseguré que todo estuviera seguro en los compartimientos e iba yendo a la sala de mando cuando escuché unos pasos.
—Matilda... matilda...
Escuché decir y sabía quién era. Me giré para encontrar a Psi mirándome de brazos cruzados.
—¿Psi? ¿Qué haces aquí?
Mi corazón comenzó a latir como loco. Había considerado ir a verla antes de irme pero no me animé. Winn apareció junto a ella y me sonrió.
—J'onn la envió. —Explicó sonriente—. Brainy dijo que la necesitarías.
Sonreí mientras lo veía ir a la sala de mando y me quedé en el pasillo a solas con ella.
—¿Es cierto, matilda? ¿Me necesitabas? —Dijo y se acercó hasta quedar bien cerca—. ¿O es que me tienes miedo?
—No te tengo miedo. —Le aseguré y me miró divertida—. Pero me da gusto verte. Espero te guste el futuro, quizás te parezca aburrido.
Le insinué y se acercó hasta mirarme muy de cerca.
—Si tú estás ahí, el futuro será más divertido de lo que pensaba.
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Me sonrió seductora y su rostro comenzó a tocar el mío. Cerré los ojos y dejé que me besara. ¿Por qué? Porque ella me gusta mucho y porque había imaginado este momento por mucho tiempo. Nos sostuvimos de los brazos al tiempo que sus labios acariciaron los míos por un momento. Se alejó solo unos centímetros y nos miramos con los ojos entrecerrados.
—Besas bien, matilda. —Me dijo y sonreí.
—Pues tú no besas nada mal tampoco. —Le respondí y jugó con su ceja.
Me dio otro beso y luego tomó mi mano para guiarme a la cadena de mando.
—¡No te preocupes! Tú sigue en tu sesión de besos con Imra que yo nos llevaré al futuro.
—Tú no harás nada. —Le advertí—. Programé la nave para que nos lleve solo debes iniciar el despegue.
—Pues sostente de tu chica, porque nos vamos.
Dijo él y Psi tomó al pie de la letra su indicación. Me tomó en sus brazos y sonrió de costado.
—Yo te tengo, matilda.
Negué riéndome ante su ocurrencia pero dejé que me abrazara mientras nos íbamos al futuro. Sonreí mientras pensaba, que esperaba que Brainy no se enojara por engañarlo. Ya que el peligro al que nos enfrentábamos no era algo que él no pudiera enfrentar. Pero el registro histórico decía que él y Nia quedarían juntos y mi amigo se merecía felicidad. Él pertenecía al pasado.
