Sinopsis:
Kara llega a la tierra luego de que su mundo acabara de explotar. Con la sensación de que lo ha perdido todo, su nave se desvía tras alcanzar la ola de choque de la explosión y pasa encerrada en la zona fantasma hasta que logra salir.
Al...
El trabajo en CatCo se estaba volviendo interesante teniendo a Nia con nosotros. En especial porque parecía aprender rápido. James estaba más que sorprendido con los artículos que estaba entregando y mi orgullo era enorme.
—Esto no me sorprende. —Indicó mirando la muestra de lo que sería la publicación de mañana—. La narrativa y el contenido de este artículo es maravilloso. Debes estar orgullosa, Kara.
—Oh, créeme... —Le dije sonriendo—. ¡Lo estoy!
Escuchamos un sonido de explosión y me giré para ver que una de las ventanas se había roto. Nos acercamos para ver a un hombre de piel gris, grandote y su rostro me era familiar.
—¿Dónde está? —Dijo mirando para todos lados—. ¿Dónde está la hija de Zor-El?
¡Mierda! ¿Cómo supo encontrarme aquí? Estaba pensando en cómo librarme de él para ir por mi traje cuando noté a Nia aparecer en su traje azul, antifaz y mirarlo.
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—Aquí me tienes. —Le dijo ella—. Soy la hija de Zor-El.
—Tú no eres Supergirl. —Le respondió y observé nerviosa como Nia sonreía.
—Tienes razón, no soy Supergirl. Mi nombre es Dreamer. —Le dijo y la vi extender sus manos a cada lado—. Y para encontrarla tendrás que pasar sobre mí.
¿Dreamer? ¿En qué rayos estaba pensando? Lo vi querer usar su visión láser sobre ella pero antes de que pudiera hacer algo, Nia comenzó a girar sus brazos e hizo algo parecido a un campo de fuerza que evitó el ataque y luego se lanzó para arrastrarlo volando fuera de la ventana.
Corrí hasta la ventana para ver que estaba peleando con él con esos poderes extraños más los que heredó de mí. ¿De dónde sacó esos poderes? Salí corriendo por los pasillos rumbo a la escalera aprovechando el caos y me apresuré a llegar al techo donde dejé ver mi traje y volé rápido hasta Nia. Cuando llegué, evité que la golpeara dándole un puño directo a su rostro.
—No se te ocurra tocarla, Frankestein.
Le dije mientras se levantaba del agujero que había dejado en el suelo.
—¡Zor-El! —Gritó complacido—. ¡Al fin te encuentro!
—¿Me buscabas? —Le pregunté y su rostro me era familiar—. Un momento... Yo te conozco... ¿No eras el ayudante de laboratorio de mi tío Jor-El?
—Mi nombre es H-El... Y tú padre me traicionó. —Dijo y tragué saliva—. Me encerró en la zona fantasma pero al fin desperté. Y vengo a vengarme de ti.
—¿Quién te despertó? —Le preguntó Nia y él la miró.
—¿Tú quién eres? ¿Porque te pareces a ella?
Dijo señalándome y ella le sonrió.
—Mi nombre es Dreamer... —Le dijo con orgullo—. Y no voy a dejar que la toques.
