Capitulo 4

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Era demasiado egoísta.

Se me había acabo el tiempo.

El me dio un mes y gaste el tiempo.

Lo desperdicie.

Pensando en cómo hacerlo, cómo se lo diría, en cómo reaccionaría.

Era una mierda.

Ella no merecía esto.

Yo tenía que protegerla, protegerlos.

El problema era mío, él no tenía porque pedirme su custodia.

Los vagos recuerdos de ese día llegaron a mi mente mientras tomaba otro trago de aquel whiskey.

¿Que quieres de ella?

"—Protegerla, cuidarla, le daré todo lo que necesite no le faltará nada—"

¿Para que la quieres?

"—Queremos que sea nuestra babygirl—"

¿Nuestra? ¿Babygirl? ¿Que es eso? ¿De que me estás hablando?

"—Eso no le incumbe, debe estar satisfecho con el simple hecho que le daremos todo lo que este a nuestro alcance-"

¿La volveremos a ver?

"—Por un tiempo tal vez no, hasta que se acostumbre a estar con nosotros—"

¿Cuanto tiempo me das?

"— Por mi, hasta mañana mismo me encantaría tenerla entre mis brazos pero máximo le doy un mes, ni un día más si no despídase de esta empresa ¿entendido, Señor Lugo?—"

Salí de aquella oficina con la mente en blanco.

Hoy se cumple un mes desde que el Joven Cruz me pidió la custodia de Ross y ni siquiera he hablado con ella sobre el tema.

Me odiará.

Después de decirle sobre mis sospechas del embarazo sus ojos perdieron un poco de ese brillo tan característico de ella, casi pude ver cómo algo dentro de ella se partía en pedazos después de escuchar aquellas palabras salir de mi boca.

Era mi culpa todo esto, los problemas me estaban consumiendo y yo lo único que hacía era beber alcohol por eso llegaba casi ebrio al trabajo en otros días ni siquiera me presentaba ese día. El Joven Cruz lo descubrió y me amenazo con despedirme de la empresa o darle lo que quería.

Pero ¿que podía hacer?.

Es mi pequeña. No quiero que algún chico se acerque a ella con esas malas intenciones.

No puedo con el sentimiento de culpa en mi pecho así que decido seguir ahogándome en el alcohol.

(...)

Estaba cansada.

Tenía todo el día haciendo los quehaceres de la casa. La mujer de la limpieza no pudo venir este fin de semana así que nos toco a mi madre y a mi hacerlos pero hace varios minutos ella había salido dejándome sola a cargo de Manu.

Ya habíamos terminado de la mayoría solo faltaba mi habitación.

Estaba escuchando algunas canciones de mi playlist cuando una acabo y otra nueva comenzó. Al reconocer aquella melodía sonrió y me acerco a la pequeña bocina ,que me habían regalado de cumpleaños; para subir el volumen casi al máximo.

( 👀:pueden poner otra canción en vez de está. Se que todo tenemos gustos diferentes así que son libre de imaginar una canción que te haga sentir bien)

Una Pequeña Princesa TraviesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora