IX

440 27 3
                                    

Capitulo 9.

"Ramé, fue la palabra que escuché por primera vez cuando viajé a Bali, una palabra que cambiaría mi vida, significaba hermoso y caótico, no hay palabra en español que se le asemeje y yo solo podía pensar en el Χάος que significa lo impredecible. Y hermosa, como cualidad de belleza, superioridad, perfecto, magnifico, excelente o extraordinaria en su línea, proveniente del latín formōsus. Lo que Gabriela me hacía sentir era algo bello pero lo que le estaba dando a cambio era caótico. Sería impredecible porque no sé si aún soy capaz de merecerla o que ella me de una segunda oportunidad a lo que yo llamo perfecto en todo su ser, como lo ha sido ella para mí".

-Gracias por esta noche... - dijo mientras me abrazaba por el cuello en la entrada de su apartamento, sus brazos me rodeaban con delicadeza y tenía una sonrisa genuina en su rostro. Tenía su pelo alborotado, su cara y ropa tenía manchas de pinturas neones. Se miraba en paz con ella misma y la euforia de la noche nos dejaba sin palabras, bastaba una mirada para que conectara y supiera lo que pasaba por su mente. Un ambiente de intimidad nos envolvía, nuestras respiraciones se entrecortaban y no podía dejar de pensar en esa noche, en la antaraxia que habíamos formado, un espacio ausente de temores y miedo, porque había una conexión tan pura que creamos.

Yo estaba concentrado en ella, ella me miraba a los ojos y se acercaba a mí para darme un beso, un beso que duró una eternidad, o eso lo sentí yo. Mis manos estaban ansiosa por tocarle y amarle, mi mente me repetía constantemente que debía hablar con ella.

Gabriela me había invitado a pasar a su casa y sabía sus planes, lo notaba en su mirada. Y aunque quería terminar la noche como ella había planeado, yo debía ser fuerte y decirle lo que me prometí. Era la hora de la verdad, más cuando en este instante, en el ahora, existíamos ella y yo. Nada más... lo demás se podía esfumar y no lo notaríamos. Porque esta noche fue sobre nosotros y los secretos que la luna guardará por los dos.

- Hace tiempo que no me desconectaba de esa manera y me dedicaba tiempo para mí... estos años he aprendido a estar sola y tú... tú mi amor, has venido para enseñarme lo más importante... en que no puedo huir de mis emociones - ella acariciaba mi pelo mientras dejaba besos en mi cara y los bajaba a mi cuello-. Soy feliz estando sola... pero quiero compartir mi felicidad Daniel... contigo - dijo mientras mordió mi oreja y yo tragaba en seco. Mis instintos más primitivos estaban ganando esta batalla contra la razonabilidad.

La razón que me dictaba hablar seriamente con ella.

-Necesito decirte algo importante - le hablé con amor, tratando de buscar su mirada y tener un poco de autocontrol porque ella poco a poco buscaba mi debilidad para caer completamente por ella, sin decir palabra y guiarme con mis impulsos. Pero me calló con un beso, arrinconándome en la pared y metiendo sus manos bajo mi camisa.

Cuenta a diez Daniel.... porque el resto son excusas para no parar esto. Es una mujer increíble y luchadora, ella necesita a un hombre que luche por ella, no que la engañe a sus espaldas.

Pero sus besos seguían, bajaban a mi cuello y yo cerraba los ojos, buscando las fuerzas necesarias para alejarla.

-Quiero que me tomes en tus brazos... me desnudes -dijo cogiendo mi chaqueta para acercarme a ella y sonriéndome traviesa. Yo puse mis manos en sus hombros para separarla. Ella estaba confundida. Sería nuestra primera noche juntos...

Nunca habíamos ido más allá de caricias y beso íntimos. Nuestra relación iba tan rápido como un huracán consumiendo todo a su paso pero a la vez todo iba tan lento porque sabíamos que teníamos todo el tiempo del mundo. Aunque yo me ahogaba porque sentía que en cualquier momento podría perderla.

Hermosa Imperfección (Beautiful Imperfection)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora