Poemas Mal Traducidos.

¿Dónde Estoy?

Acabo de despertar
en un lugar extraño.
No sé donde estoy,
creo que estoy en mi cama tirado,
en la cama de mi piso
creo que estoy llorando.
Siento mi cuerpo entumecido,
creo que anoche hice algo malo.
Debe ser por la tarde,
a través de la ventana
veo un hotel oxidado.
Llevo meses viviendo aquí,
pero se siente un lugar ajeno,
me siento en un lugar muy lejano de casa.
Por la noche no puedo ver las estrellas,
ni el hermoso campo,
desde aquí solo veo colmenas
y ese estúpido y caro hotel oxidado.
Joder, me dan ganas de vomitar.
Debería ir a la universidad pero...
Mierda,
voy a liarme un porro
y voy a mandarlo todo a la mierda.
De repente estoy en el sofá tirado.
Mi compañero de piso
habla sobre algo que a nadie le importa.
Hacen cuarenta grados.
Estoy sudando como un cerdo y me odio.
Todo está lleno de polvo y ceniza y lo odio.
Creo que debería limpiar un poco,
poner mi vida en orden,
pero a la mierda con eso,
a la mierda mi vida.

Ahora es de noche
y estoy en un lugar lejano.
Desde aquí no se pueden ver
ni las estrellas ni el campo,
ni el jodido hotel oxidado.
Solo veo cuerpos retorciéndose como ramas de un árbol,
Cuerpos convulsionando
Al son de la música.
Veo luces de neón y nubes de humo gris
y escucho voces que gritan,
escucho la música
y el estertor de muerte de algún idiota.
Un chico me susurra al odio.
Creo que es guapo,
estoy bien jodido, y voy muy drogado,
pero creo que es guapo.
No logro comprender sus palabras,
pero asiento y le sigo.

Ahora es por la mañana.
He despertado en un sofá extraño.
Hay un cuerpo inerte tirado a mi lado,
hay otro cuerpo inerte tirado por el suelo.
Mi teléfono está sin batería
y mis bolsillos están vacíos.
No me queda nada en la cartera.
Me acerco a una ventana,
pero solo puedo ver edificios,
solo puedo ver calles,
personas discurriendo por ellas
y coches ruidosos.
Estoy cansado,
estoy jodidamente jodido.
Me siento en una silla de plástico
y contemplo el panorama del salón.
Hay tres tipos tirados por ahí,
diría que están durmiendo,
aunque parecen que están inconscientes.
Me suenan sus rostros,
pero sabría decir sus nombres.
Contemplo la mesa.
No hay  cosas de demasiado valor.
Cojo un porro medio apagado
directamente del cenicero.
Me tumbo tranquilamente en el sofá,
junto a los cuerpos.
Fumo junto a los cuerpos,
lo poco que queda
de lo que una vez fue un bello porro.
Pienso en cómo salir victorioso
de esta situación de mierda.
Me siento derrotado.
Hay una gran bruma en mi cabeza.
Me pregunto donde estoy,
ni si quiera se donde coño estoy.
Siento que esta vez sí que debo estar
en un lugar muy, pero que muy lejano.
Robo algo de dinero
de una cartera que había sobre la mesa,
Pobre del despistado,
Y me llevo toda la droga
que encuentro en el salón
antes de marcharme por la puerta.