|Epílogo|

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—Jodidamente increíble. —Camila miró a su novia de dos años y prometida por una semana. Había una multitud de periodistas que empujaban para conseguir una foto de Lauren y ella mientras descendían del avión.

Era la primera vez que visitarían a los padres de Lauren, y anunciarían su compromiso de manera formal. Después procederían a visitar a la familia de Camila, lo que les supondría un viaje aun mas largo.

La cara de Lauren era toda inocente, pero ella no era tonta.

—¿Quién diablos eres? —demandó.

—No soy una actriz. —Fue todo lo que dijo.

—Lo sé. Veo películas también, ¿sabes?

—No soy famosa. Mis padres lo son.

—Sip. Eso es lo que los hijos famosos de gente famosa siempre dicen. Y pregunto otra vez: ¿Quién eres?

Lauren río. La Camila testaruda y persistente era de sus favoritas, aunque preferiría morir antes de dejarla saber eso.

Camila trató de no lucir sorprendida por cómo la prensa se volvió loca cuando vieron a Lauren riendo. Joder. Ella sabía que Lauren era muy seria, pero ¿la prensa sabía lo gruñona que era?

—Ellos me llaman Princesa de Hielo —susurró en su oído, como si leyera sus pensamientos.

Camila no podía decir nada. Estaba demasiado ocupada fascinada por cómo la prensa parecía volverse loca con cada pequeña cosa que Lauren hacía.

Lauren la rodeó con su brazo y besó su cabeza mientras continuaban caminando. No había controles de seguridad. Alguien parecía haberse ocupado de eso por ellas.

—Mis padres tienen una compañía llamada Jaewon. ¿Quizás has escuchado de ella? —Camila se detuvo en seco. Sus ojos se clavaron en los suyos—. ¿Qué piensas? —Camila miró de nuevo al avión que las llevó, el cual tenía caracteres coreanos y el nombre "Jaewon" estampados en su costado en azul y dorado.

Los ojos de Lauren brillaban mientras la empujaba de vuelta cerca de ella.

—No te enojes. No haría diferencia, ¿cierto?

Camila trató de pensar en eso seriamente. Era difícil, sin embargo, con todas esas enormes cámaras con faros destellando. Ahora también estaban gritando, pero ya que todo era en coreano ella no entendió ni una palabra de lo que estaban diciendo.

Su silencio hizo que Lauren se detuviera, frenándola a ella también.

—¿Camila? —Levanto su barbilla. Estaba preocupada—. ¿Habría hecho diferencia?

Ella respondió honestamente.

—Probablemente te haría comprarme un vestido realmente, realmente, realmente caro para venir aquí, pero además de eso, no.

Lauren tragó de regreso su risa porque ella sonaba mitad culpable, mitad sincera.

—¿Quién es ella, Lauren? —gritó un reportero en inglés.

La ojiverde se dio la vuelta para reconocer al reportero, girando a Camila también.

—Lauren —siseó ella, palideciendo ante la manera en que la atención de todos estaba centrada en ellas. Ella amaba ser el centro de atención. Vivía por ello, pero no así, ¡no cuando no estaba completamente preparada para ello! Su mente estaba todavía tambaleándose ante la realización de que Lauren no era una chica ordinaria.

Lauren destelló una sonrisa, y fue más que suficiente para que la prensa se volviera salvaje otra vez.

Ah, bueno. Ella podía entender eso. Ella se volvía un poco salvaje cuando Lauren le sonreía así. Era sólo demasiado abrumador todo eso.

Lauren & CamilaWhere stories live. Discover now