Capítulo 33 | Navidad diferente

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Extrañada voy allá y mientras más me acerco mas escucho sus gritos, está discutiendo con alguien y cuando ya lo tengo a la vista sé que es por teléfono, pero no sé con quien, intento ubicar de que habla pero justo cuelga el celular y seguidamente le da un fuerte golpe al mármol de la repisa, doy un respingo asustada detrás de la mesa por la fuerza que usa para golpear sin importarle su puño. 

—¡Puta mierda! —grita y me quedo paralizada viendo su actitud pero reacciono al instante cuando comienza a golpear mucho mas la repisa manchándola de su propia sangre «Oh por Dios» me acerco sin pensarlo a él rodeando la mesa y lo tomo del brazo. 

—Hey ¿Qué te ocurre...—empiezo pero ya no termino cuando se da la vuelta muy brusco y me toma del cuello estrellándome en la mesa que quedó detrás de mí.

Está furioso y esos ojos que carga ahora son los que no me gustan, son los mismos que se forman cada que se vuelve un animal, como cuando estaba peleando con Owen, o cuando le pega a Kaiser o cuando mató a... Intento soltarme de su agarre porque no me gusta tenerlo encima de mí en la posición en la que estamos, no me provoca miedo, no, porque sé que el jamás me haría daño pero siento que no lo conozco cuando se pone así. 

—Cálmate y suéltame —le pido llevándo mi mano a su rostro. 

Observa como lo acaricio y la duda me carcome en lo que veo sus preciosas facciones. 

—¿Qué ocurre? —me atrevo a preguntarle. 

Resopla y repara en mi rostro también, estira sus labios por un lado pero lo que veo en esa pequeña sonrisa no es de gracia ni nada, es de desprecio y arrugo mis cejas, intento quitarlo pero... 

—No te incumbe ¿Para qué preguntas?

Su voz es fría y me veo en aquellas primeras veces en donde lo conocí y la indiferencia de él se hace notable y me molesta. 

—Era solo una pregunta —le digo molesta por lo que dijo ¿Así que no me incumbe?, él nota mi molestia y se burla— Quítate —le pido otra vez sintiendo un pequeño dolor en mi cuello, y es que no me molestaría que lo hiciera pero en otras circunstancias más placenteras, aunque esas son sus intenciones cuando pasa la lengua desde mi pecho hasta mi cuello rozando su piercing erizándome por completo, pero ahora la diferencia de otras veces y ahora es que está siendo un idiota. 

Me arrincona más e intenta subirme a la mesa pero no lo dejo poniéndome firme tratando de separarlo, él me encanta pero no la maldita actitud que tiene siempre y ya me estoy cansando de solo recibir pequeños momentos que al final terminan valiendo mierda para él. 

Baja mi blusa y atrapa mi teta chupándola y me muerdo los labios juntando mis fuerzas de voluntad para decirle que no quiero, me abre con fuerza las piernas y lo empujo con todas mis fuerzas. 

—Tienes razón, no me incumbe ni una mierda que hagas o te ocurra. —le digo lo mas seria que puedo cubriendo mi teta, él se rasca la mandíbula y se comienza a acercar de nuevo, es entonces cuando entiendo que quiere descargar su rabvia conmigo pero follándome, hubiera cedido si no me hubiera dicho esas palabras con desprecio. 

Lo empujo de nuevo y me bajo de la mesa alejándome. 

—Y si no te molesta... quiero ir a casa hoy mismo. 

Me cruzo de brazos, me observa aún con su furia y pasa su lengua por sus colmillos sin decir nada y ahora sé que ya se enojó conmigo también. 

—Yo no voy a devolverte a ninguna puta parte —sentencia dándose la vuelta. 

—Pues si no lo haces tú me iré sola —contraataco decidida. 

Solo me ve por encima de su rostro y sale de la cocina tan rápido como se enojo conmigo. Miro la comida servida en dos plato y ahora soy yo la que le pega pero a la mesa y maldigo sabiendo que habla enserio, que no me va a dejar volver a casa para recibir navidad con papa y Dafne, me comienza a picar la nariz y los ojos, un nudo se forma en mi garganta recordando por lo que está pasando mi hermana y salgo de la cocina directo al lago. 

Hacia lo Prohibido ©Where stories live. Discover now