Jealous -George Weasley

XIX- ¿Regreso?

Pov. George

-Yo iré, Hermione.- Está celosa, se notaba por como sus pómulos se tornaban a rojo y apretaba su mandíbula agresivamente.

La castaña asintió y fui corriendo a por ella, andaba bastante rápido por ese motivo tuve que correr un poco para poder alcanzarla. Giré una esquina, pero me detuve al instante.

Reía junto con Noah, ¿qué coño hacía este aquí? Levantó su mirada y sus ojos chocaron con los míos, su sonrisa era torcida y burlona. Sentía como mis nudillos se ponían blancos y la desesperación me ganó.

-Claudia, te estaba buscando, ¿qué hace este aquí?

-Que sutil George, este está aquí porque ha hecho un traslado a Hogwarts, hicieron la ceremonia antes de estar todos en el comedor.- Su brazo recorrió la cintura del chico y este apoyó su brazo en sus hombros.- ¿Qué querías?

Mis puños seguían cerrados y las venas de las muñecas se estaban hinchando, delante de ella no, George.

-Prefiero hablar a solas, si no es molestia.- Mi sarcasmo se notaba en la voz, y ella ya ha notado mi notable enfado.

-Luego te veo, gryffindor.- Tiene que ser una broma, de todas las casas que hay y le tiene que tocar la mía, Noah estaba relajado y parecía divertirle mi situación.

-Si tienes algún problema, dímelo cuanto antes.- Claudia asintió y se fue caminando lentamente a nuestra sala común.

-¿Qué querías Weasley?- Su mirada se dirigió a mis ojos y me calmé un poco, ya respiraba más relajado y no se notaban apenas las venas hinchadas, aún así mis pupilas estaban dilatadas y mi mandíbula estaba tensa.

-Se que estabas celosa cuando a venido, Mariette.- Solté sin pensarlo dos veces.

-¿Es una broma, no?- Sus brazos se cruzaron en el pecho.

-Se te tensó la mandíbula cuando me invitó a salir.

-Porque me cae mal esa chica, no te lo tomes personal.- Casi se da la vuelta para marcharse pero tiré de su codo y le di la vuelta.

-Ya empezamos con tus huidas.

-No pienso pasar por lo del año pasado, enserio, tus putos juegos me tienen harta.- Sus mejillas estaban rojas debido al cabreo.

-No.

-¿Qué?

-Siempre debe de ser cuando tú tengas tiempo, cuando tu quieras, esta vez no.- Mis manos apretaron sus muñecas un poco más, lo suficientemente fuerte como para no hacerle daño.- Estoy harto de verte con otros tíos, eres la única puta persona que me está volviendo así y siempre eres tú la que pone limites a esto, ¿qué malo es el amor? ¿tienes miedo? ¿te da miedo a enamorarte de verdad, Claudia? Venga respóndeme como lo haces siempre, saca tu agresividad a la luz.

Ni un movimiento, ni una palabra, solo un suspiro y sus ojos se llenaron de lágrimas.

-Que te jodan, George.- Con un ágil movimiento se zafó de mi agarre y se fue lentamente.

-¿Enserio, otra vez?- Pero no la dejé ir, andé todo lo rápido posible, sujeté su cintura y la arrastré hasta un pasadizo que conocía gracias a Fred, le di media vuelta y estampé sus labios con los míos, luchó por apartarse y salirse de allí pero apreté su cintura y su nuca contra mí y mi cuerpo, hasta que dejó de luchar y me siguió el beso.

La nostalgia recorrió todo mi cuerpo, dos lágrimas saladas salieron de sus ojos cerrados, una sensación de calor y placer también se hacían presentes entre nuestros cuerpos. La respiración se hizo pesada, parece haber pasado mil siglos sin la última vez que la volví a tocar.