Capítulo 35

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Ambas vengadoras se encontraban en camino hacia Londres, pues la espía había cambiado la ruta del jet con el fin de ir a ver a Steve por un momento. Gaia se encontraba recostada en su asiento, intentando que las nauseas pasaran. Jamás había estado de aquella manera durante un viaje, pero sabía que apenas era el principio de los síntomas.

Tras varias horas de viaje, ambas llegaron al aeropuerto de Londres a medio día, y se dirigieron de inmediato al lugar donde se estaba realizando la misa en nombre de Peggy Carter. Natasha miraba de vez en cuando a la joven, pues ni siquiera le había dirigido una palabra durante el trayecto, y le dolía aquel actuar de la ojiazul.

Al llegar a la iglesia, notó que no había demasiadas personas presentes, pero se toparon con Sam, quien hablaba con Sharon. Gaia se sorprendió al verla ahí, pero entonces entendió de donde provenía el apellido.

-¿Gaia?-preguntó el moreno al verla junto a la espía.

-Hola Sam- lo saludó la ojiazul con una sonrisa triste- Agente Carter... mi más sentido pésame- aquellas palabras habían sido sinceras, por lo que la mujer sonrió con tristeza.

-Ya no está sufriendo- respondió simplemente la rubia.

-Sam, ¿Dónde está Steve?- preguntó la Natasha al moreno.

-Aun se encuentra dentro de la iglesia-respondió la mujer.

La pelinegra le agradeció y caminó hacia el interior de la iglesia, siendo seguida por Natasha. Gaia caminó a paso tranquilo hasta quedar frente al capitán. Steve, al igual que había pasado con Sam, se sorprendió al verla ahí, acompañada por la espía.

-Gaia, ¿qué hacen aquí?-preguntó el rubio.

-No queríamos dejarte solo-murmuró la ojiazul, agachando la cabeza.

-Solo fue una parada antes de ir a Viena- comentó la espía. El capitán miro a su novias con la duda tatuada en su expresión- le he pedido a Gaia que me acompañe a la reunión de la ONU- Steve se notó levemente alarmado por lo que eso podía significar.

-No pienso firmar, pero quiero escuchar lo que tienen que decir- dijo la joven, tranquilizando al rubio.

-¿Estás bien?-preguntó la espía.

-Ella era la única persona que seguía con vida después de despertar del hielo- mencionó el capitán, suspirando con pesar.

-Estuviste ahí para despedirla como merecía- murmuró Gaia, abrazando al rubio por el costado.

Ambas mujeres se mantuvieron junto al capitán por un tiempo, hasta que decidieron irse a Viena. Natasha había intentado persuadir a Steve para que las acompañara, pero este se negó, alegando que prefería esperarlas en el complejo.

~*~

Eran las tres de la tarde del día siguiente cuando ambas entraban en las instalaciones de la ONU. Las miradas poco gentiles no se hicieron esperar, pero ninguna de ellas le tomó real importancia. Gaia miraba su alrededor, inspeccionando todo lo que había, pues sentía que algo no estaba bien. Con su capacidad mejorada de audición, comenzó a inmiscuirse en conversaciones ajenas, escuchando cada barbaridad, pero ni siquiera le sorprendió.

Ambas ingresaron a la sala donde se llevaría a cabo la reunión. Natasha caminó hacia un hombre a varios metros, mientras que Gaia se fue directamente a su asiento, pues no pensaba fraternizar con las personas que amenazaban con destruir a su familia. Pronto la pelirroja regresó a su lado, dándole una sonrisa cálida, mas la ojiazul simplemente miró hacia donde se encontraba un hombre de edad medianamente avanzada.

La joven escuchaba en la lejanía las palabras de aquel hombre, pues algo en su interior se había activado, como un interruptor. De repente, los gritos de personas fuera del edificio comenzaron a escucharse, alertándolas.

Mystic: Angel FallWhere stories live. Discover now