Capítulo 9

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A primera hora de la mañana llegó Hill para llevarse a Fury, mientras que el equipo se dirigía de nuevo hacia la torre de los vengadores. No tardaron mas que una hora en llegar, pero se sintió eterno para todos, pues nuevamente los albergaba la sensación de culpa. Al aterrizar en el hangar, solo el millonario, Banner y Gaia bajaron de la nave, para después volver a despegar y dirigirse a Seúl.

En un principio la joven se había negado a abandonar al equipo, mas Steve le suplicó que lo esperara en la torre. Sin mucho que objetarle, la vengadora aceptó, mas la incertidumbre de pensar que la chica Maximoff se encontraría ahí le calaba hondo.

Tras su llegada, la pelinegra se dirigió a su habitación para recostarse, así como para poder pensar en todo lo que había sucedido anteriormente. El recuerdo de estar en los brazos del primer vengador invadieron su mente: por fin había vuelto a sentir el amor que Steve sentía por ella. El rubio la había mantenido abrazada durante toda la noche, como si no quisiera que nunca se fuera, cosa que tranquilizó a la ojiazul. Gaia creía que aquello había sido suficiente para relajar su aturdido corazón, mas seguía con la idea de dejar que Steve buscara en alguien más lo que ella pensaba que ya no podía ofrecerle.

Al pasar las horas, la pelinegra se dirigió a la sala de juntas para intentar saber qué pasaba con el equipo, encontrándose con que todas las cadenas de noticias mostraban cómo Seúl era atacado por el robot creado por Stark. Cientos de destrozos estaban inundando el lugar, lo que muy probablemente les traería problemas a los superhéroes. Gaia se decía a sí misma que lograrían obtener lo que sea que Ultron había hecho con todos a salvo, pero sabía muy bien que el robot no se dejaría ganar tan fácil.

Llegada la tarde, la ojiazul escuchó cómo uno de los quinjets aterrizaba en la torre, por lo que caminó a paso rápido hacia el hangar, con la esperanza de encontrar a todos ilesos. Al llegar al lugar no encontró a nadie, así que tuvo que buscarlos por el lugar, encontrándolos en uno de los laboratorios. En este solo estaban Clint, Tony y Bruce, lo que alertó a la joven.

-¿Clint? ¿Dónde están los demás?-preguntó la pelinegra, una vez entró al laboratorio.

-Gaia... tranquila, Steve ya debe de venir en camino-respondió el arquero, acercándose a ella.

-¿Y Nat? ¿Dónde está Nat?-Gaia podía sentir que algo no estaba del todo bien. Los tres hombres se miraron, sin saber qué contestarle.

-Lo más seguro es que se encuentre bien, solo... tenemos que esperar-mencionó Clint. Ante la vaga respuesta de Barton, la ojiazul entró rápidamente en su mente, encontrando la imagen de Natasha siendo llevada por Ultron.

-Él la tiene...-murmuró Gaia. En su mirada se podía reflejar el pánico ante ese suceso, pero los vengadores presentes no dejarían que la joven sufriera otro ataque.

-Tranquila, ¿sí? La encontraremos-comentó el millonario, llegando al lado de la pelinegra-¿crees que Widow se comunique con nosotros sin necesidad de internet?-aquella pregunta la hizo para el arquero.

-Intentaré tantear terreno-respondió, para después salir de ahí, rumbo a una pequeña sala con diversos aparatos.

-Si le hace algo...-Gaia no podía dejar en pensar lo que podía pasar con Nat estando en manos del robot-Ultron no vacilará en hacerle algo-

-Eh, tranquila-dijo el morocho, tomando el brazo de la ojiazul-lo mejor será esperar-Tony no estaba del todo seguro de que aquello fuera buena idea, pero tenía que relajar a la joven-todos sabemos que Nat no es precisamente frágil-

-Pero Ultron no tiene remordimiento por matar-

-Estoy seguro de que se encuentra bien-intentó convencerla el millonario-lo mejor es que vayas a descansar, nosotros te avisaremos si sucede algo-

Mystic: Angel FallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora