Capítulo 10

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El toque delicado de Steve la despertó, mientras se estiraba un poco para despejar el cansancio. Todos los sucesos habían pasado demasiado rápido, tanto que durante esos días había dormido realmente poco. Al mirar al capitán, la joven sonrió, pero al encontrarse con la mirada de Pietro frente a ella, eliminó todo rastro de ánimo que podía haber tenido. La presencia de los Maximoff la enojaba, pero no podía replicar nada, o terminaría peleada con el rubio, y era lo que no quería, a pesar de que ya se encontraba molesta con él. Cuando todos estuvieron más repuestos, comenzaron a plantear una ruta de escape, pues el tiempo se agotaba.

-Sokovia se convertirá en un campo de batalla, pero el pueblo es inocente-mencionó el capitán-tenemos que evacuar la ciudad-

-¿Cómo piensas sacar a tantas personas en tan poco tiempo?-preguntó la pelinegra, mirándolo.

-Los gemelos y tú correrán la voz-explicó Steve-necesitaré que una de ustedes vaya al norte, mientras que la otra está en el sur-a Gaia no le hizo nada de gracia tener que trabajar con Wanda-los obligarán a salir-

-Puedo hacerlo sola-comentó la joven. Sus ojos brillaban en un rojo claro.

-No quiero que te excedas. Wanda podrá ayudarte-el capitán recibió una mueca de parte de su novia-mientras tanto, Banner y Thor buscarán a Nat, el resto ayudaremos en la evacuación-finalizó el rubio.

Minutos después se escuchó la voz femenina de la nueva asistente de Tony, informando que se encontraban en posición. Gaia se levantó de su asiento para dirigirse a la compuerta, la cual aun se hallaba cerrada.

-Yo estaré en el sur-mencionó la pelinegra hacia la gemela, mientras se abría la compuerta-intenta no jugar con los miedos de las personas-fueron sus ultimas palabras antes de caer en picada hacia el suelo.

Los vengadores se miraron entre ellos, algo incomodos por lo dicho por la más joven, pero entendían perfectamente cómo podía llegar a sentirse ante la presencia de los Maximoff. Wanda y Pietro se miraron, haciendo una leve mueca de disgusto y tristeza ante el comentario de Gaia.

Pronto la ciudad de Sokovia brillaba de color azul y rojo, muestra de los poderes de ambas; en un punto ambas energías chocaban, creando un campo lila en el medio. Era interesante cómo sus poderes podían mezclarse tan fácilmente, pero ninguna se había detenido a pensar lo que aquello podía significar. Mientras obligaba a las personas a salir de su hogar, la pelinegra había intentado crear clones para poder tomar más terreno, pero no pudo. El recuerdo de ella creando varias copias de sí misma estaba muy arraigado en ella, sabía cómo hacerlo, pero simplemente no podía. Gaia atribuyó ese fracaso a que su cuerpo ya no tenía ningún tipo de suero que le habían administrado en HYDRA, así que lo que había obtenido en ese momento, ya se había ido.

La mañana iba avanzando, por lo que el sol comenzó a asomarse en el horizonte. La pelinegra se mantenía ocupada intentando sacar a todas las personas que pudiera haber en el lugar, pero parecía que ya no quedaba nadie a su alrededor, así que comenzó a ayudar a los civiles a llegar hasta donde Steve los esperaba, mas una horda de robots comenzaron a salir de la nada. Las personas gritaban desesperadas por el ataque, mas la ojiazul se dedicó a destruir a las máquinas.

Gaia ayudaba a los civiles a llegar al lugar, pero los robots no se lo dejaban fácil. Con el miedo de lo que pudiera pasar, la pelinegra creó un campo que tomó a todas las personas que habían junto a ella; estos la miraban con miedo, pero la joven estaba decidida a sacarlos de ahí. Sin que nadie pudiera hacer nada, la vengadora elevó aquel campo, para dirigirse a las afueras de la ciudad. Un grupo de robots arremetían contra la energía, con el fin de destruirla, mas Gaia estaba lejos de permitir que lo hicieran. La esfera de energía siguió su camino hasta las afueras de Sokovia, logrando mantener a salvo a los ciudadanos.

Mystic: Angel FallWhere stories live. Discover now