Capítulo 26

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Ya habían pasado un par de meses desde el incidente con el Sargento de la fuerza aérea, y las cosas parecían estar más tranquilas sobre el tema de llevarla a prisión, pero aun podía sentirse la carga de lo sucedido. Gaia se habían mantenido en el complejo sin rechistar, pues no quería que los demás se preocuparan demasiado por ella. El equipo de superhéroes había vuelto a reducir en número ante la ida del arquero, pues él había dicho que necesitaba ir con su familia.  

En ese momento, la joven se encontraba sola en una de las salas reforzadas, con un objetivo en concreto. La ojiazul había estado investigando por su cuenta sobre sus poderes, y se había detenido en uno en particular: la metamorfosis. Intentaba averiguar cuales eran las limitaciones de su poder, y llevarlo al extremo.

-Friday, mantente alerta. Necesitaré que me analices cada medio minuto-ordenó la pelinegra, obteniendo una respuesta afirmativa de la voz.

Lo primero que hizo fue transformarse en diferentes personas, algunas conocidas y otras no. Su cuerpo cambiaba cada poco tiempo, por lo que Friday lograba obtener lecturas interesantes de su poder.

-Sus moléculas se adaptan a lo que le pide, por ello puede transformarse en cualquier persona-indicó Friday.

-Bien, pero... ¿qué puede pasar si intento transformarme en un animal?-preguntó la pelinegra, planteándose lo que haría a continuación.

Gaia comenzó a centrarse en su cuerpo y los cambios que quería hacer para lograr convertirse en un animal. En un principio no sucedía nada, pero repentinamente sintió el peor dolor que había experimentado en bastante tiempo. Lanzó un grito de dolor, el cual hizo que las luces del lugar tintinearan, mas no desistió. Sentía cómo sus huesos se rompían, uno a uno, por lo que le fue imposible mantenerse en pie.

Sus gritos de dolor cada vez eran más intensos, por lo que Friday terminó llamando al capitán. La pelinegra sentía que todo le daba vueltas, pero intentaba lograr transformarse. La puerta del lugar se abrió con fuerza, dejando pasar a Steve, el cual corrió hacia ella, intentando saber qué sucedía, mas se asustó al notar cómo varios de los huesos de su novia estaban en ángulos extraños.

-Gaia, ¿qué sucede?-preguntó el rubio, intentando ayudarla. Gaia seguía sintiendo sus huesos romperse, pero era tanto el dolor que terminó rindiéndose en su intento por transformarse en un animal.

-Solo... entreno-murmuró la ojiazul. Su frente estaba cubierta por una capa de sudor, y su rostro reflejaba el dolor que sentía.

Steve sostuvo el cuerpo de Gaia cerca del suyo, mientras que ella volvía a gritar al sentir sus huesos regresar a su estado normal. El capitán presenciaba aquello con asombro y bastante preocupación. El sonido que hacían los huesos de la joven la aturdían, al igual que al rubio. Después de varios minutos, el dolor se detuvo, y Gaia estuvo a nada de perder la consciencia.

-Estoy... bien-mencionó, con apenas un hilo de voz.

-¿Qué intentabas hacer?-ahora la voz de Steve estaba teñida de enojo, por culpa de la preocupación.

-Ya te... dije... entrenaba-

-¿Rompiéndote los huesos tú misma?-preguntó el capitán con incredulidad.

Gaia no respondió, solo miraba cómo Steve fruncia el ceño por la preocupación. Este, al verla tan cansada, la tomó en brazos y la llevó hasta su habitación. La ojiazul no había podido replicar nada cuando él la llevaba, pues el cansancio había hecho estragos en su fuerza. Al llegar a la habitación, el rubio no la dejó en su cama como acostumbraba, sino que la llevó a la tina en su baño.

-No pensaba darme un baño hoy-dijo con gracia la joven.

-Ayudará a que tus músculos se relajen-respondió el capitán, saliendo de la habitación a buscarle ropa limpia.

Mystic: Angel FallTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon