"No soy pedófila, solo me gustan las cosas lindas". Se excusó la joven abrazando con más fuerza a la niña sentada en su regazo. "Si claro". Elena terminó de preparar la hamburguesa y la colocó a un lado del plató de Emily.

Por alguna razón Emily y Lily no se separaban ni siquiera para comer. Solo se separaban cuando se iban a dormir. Incluso cuando Ketsueki estaba ella se les unía y no se apartaba nunca de su lado.

Era realmente extraño que ésas tres siempre estén tan juntas. Al parecer Emily tiene un carisma muy fuerte con los niños.

De repente la puerta se abrió de golpe  y todos voltearon rápidamente, listos para pelear a escepcion de Lily quien fue rápidamente apartada y escondida detrás de Emily.

"Tenemos que hablar ya". Barin informó con una expresión preocupada, todos los presentes tragaron en seco esperándote lo peor, y más al no ver a Ketsueki junto al chico.

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Ketsueki abrió sus ojos con dificultad, su cuerpo dolía y se sentía débil. No le sería posible utilizar su poder así. Su vista se aclaró y logró ver su entorno.

Un techo gris y con grietas, bajo la mirada y vío las paredes en el mismo estado que el techo. Suspiro, sabiendo exactamente dónde estaba.

Lo último que recordaba fue caer al suelo inconsciente por un golpe en el cuello.

Con algo de esfuerzo se levantó del suelo y se confundió un poco, no había barrotes que la encarcelaran. Más bien era un pasillo sucio y oscuro. Miró detrás suyo y vío unas velas iluminando está habitación.

Era raro, ahora si, su teoría de que estaba en la cárcel se destruyó.

Observó su cuerpo y para su alivió aún traía su ropa interior puesta. Enserio, esperaba que no le hubiesen echo nada mientras estaba inconsciente.

Revisó sus cuerpo un poco más y vio que la mayoría de sus heridas estaba cocidas y vendadas, incluso su brazo perforado por la bala estaba lo suficientemente bien como para moverlo. El trabajo no era perfecto pero por lo menos sus heridas no sangraban.

Enserio, ésto era una mierda. Ya tenía una horrible cicatriz en su hombro y en otras partes como para tener más.

Tenía que dejar de lastimarse tanto, la iban a matar un día de estos por no poder moverse bien.

Con algo de esfuerzo se puso de pie, su cuerpo tambaleante la obligó a apoyarse en una de las frías paredes. Realmente no le importaba si la pared estaba fría, de echo se sentía relajante.

Soltando un suspiro de alivio buscó sus cosas por el cuarto, obviamente no había nada. Sólo un pedazo de cartón en el cual había estado acostada. Unas pocas bolsas de basura y las velas.

[Mierda, ésto es malditamente raro]

Ketsueki pensó con una expresión de desagrado, acaso la habían tirado a un basurero. No, si ése fuera el caso ¿Porque dejarían velas encendidas? De echo ¿Porque habían velas prendidas?.

Decidió ignirar eso y comenzó a adentrarse en el pasillo, con cada paso su cuerpo iba recuperando su equilibrio hasta que finalmente pudo moverse más o menos bien.

Tras unos segundos de caminata encontró una gabardina marrón algo destrozada. Se encogió de hombros y la tomó, era enfermarse por el frío o ir en ropa interior por todos lados y luego joderse.

Para su suerte la gabardina era un poco más grande que ella, así que le resultaría más cómodo moverse.

Continuó su camino por fin saliendo del pasillo y efectivamente, se encontraba en un basurero. Eso significaba que alguien la había salvado o secuestrado.

A Certain Time ControllerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora