−Su nombre es Harry, es tuyo –me explica mi madre− Jackson te lo dio en tu cumpleaños

−¿Jackson?

−Jackson es tu mejor amigo –me explica mi padre− Son amigos desde la primaria

−Él no fue a verme

−O claro que sí, pero pesamos que era mejor que lo vieras otro día –explica mi padre y yo solo asiento con la cabeza −¿Quieres que vayamos a tu habitación?

−Está bien

Ambos me llevan arriba donde mi habitación me está esperando. Es linda y en verdad me hace sentir cómoda cuando la veo por primera vez… o algo así.

−¿Quieres darte un baño?

−Eso sería grandioso si

−Buenos tus cosas están…

−En el ropero –la interrumpo y camino hasta donde este se encuentra− Por alguna razón se dónde esta

Realmente no sé porque mi mente puede recordarlo y de un momento a otro. Cuando al mismo tiempo todo me parece nuevo.

−Quizá todo vuelva a la normalidad antes de tiempo –dice optimista mi padre

−Claro –digo yo aunque sin muchos ánimos

−Bueno, vamos a dejarte para que te refresques, prepararemos algo para la cena –me dice mi madre− Si necesitas algo solo pídelo

−Hay… una cosa

−¿Qué es Val?

−¿Sus nombres?

Mi madre y mi padre se ven el uno al otro confundidos pero luego simplemente me sonríen y responden.

−Charlie y Valeriana –dice mi padre

−Bien... gracias

Ellos asienten y se van. Para ser honesta no me siento para nada contenta. Hubiera preferido volver con Mark. Pero me fue imposible. Me limito a mirar cada detalle de mi habitación. Hay muchas fotos por doquier. La mayoría son conmigo y un chico, pero no lo conozco, supongo que se trata de Jackson. Pero hay una que si puedo reconocer con quien estoy. El chico que entro a mi habitación sin decir nada. Alexander. Mi ¿Novio?. Cuando Mark me lo dijo yo no podía creérselo. No me cabe en la cabeza como puedo no recordar a mi novio. O a mis padres. O a mi mejor amigo. Ni siquiera sé exactamente qué fue lo que me sucedió. Tengo muchas preguntas y necesito respuestas.

Intento darme un rápido baño. De manera automática busco mi ropa en los lugares correctos. No sé cómo puedo recordarlo, o saberlo, solo lo sé. Me pongo un pantalón tipo jeans con una blusa de tirantes morada y un suéter negro que me queda un poco holgado. Bajo las escaleras y encuentro a mis padres en la cocina. Tampoco sé cómo supe cómo ir a la cocina, solo lo hice.

−¿Todo bien? –pregunta mi padre

Claro, mi mente recuerda cosas si y cosas no. Los he olvidado a todos incluso a mí misma, no sé qué hago en este lugar quisiera irme pero…

−Si… es solo que, cuando el oficial me entrevisto me hizo preguntas acerca de un tal James ¿Él tiene que ver con mi accidente?

−Sera mejor que te sientes, es una historia algo larga –pide mi padre

Alexander narra

Después de explicarles a todos que no podíamos ver a Valentina y cuál era la razón nadie tuvo la suficiente valentía de decir alguna palabra. Todos partieron y yo hice lo mismo. Considero que es justo que mi madre sepa lo que ha sucedido así que ahí me dirijo. Es una suerte que pueda hablar con ella a solas un momento.

La apuesta © ➼ Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora