Trabajo en equipo

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Alexander narra

El ambiente del lugar no pudo ponerse peor. La señora Marshall no ha dicho más pues su llanto no la ha dejado.

-Elena… ¡¿Qué se supone que estás diciendo?! –pregunta su marido histérico

-Yo… lo siento Arthur

-Elena, por favor dinos de que estás hablando –le pide Esther lo más calmada que puede

Elena intenta tranquilizarse un poco y luego comienza a hablar.

-Carla y James iban a terminar… tenían muchos problemas y además Carla tenía problemas en casa, pero James no quería aceptarlo y… no lo sé, realmente no sé cómo pasó todo. Solo recuerdo que llegue a el departamento de James ese día, él estaba muy mal lloraba y… me lo confesó, me dijo que no había tenido elección, que ella quería dejarlo así que…

La mujer volvió a estallar en llanto.

-¡¿Qué pasó después Elena?!

-Fuimos a casa de Carla donde todo había sucedido horas antes, él… él le disparó así que simplemente plantamos la escena haciendo parecer que ella se había matado… ahí fue cuando llamamos a la policía, no fue difícil engañarlos gracias al cuadro de depresión que Carla tenia, ellos pensaron que realmente se había matado

-¡¿Te das cuenta de lo grave que es esto Elena?! –le grita el señor Marshall que parece le va a explotar el rostro por el coraje que está haciendo

-¡Es mi hijo ¿Qué querías que hiciera?!

-¡Es un enfermo, igual que tú!
-¡Ya basta! –Esta vez es Ana quien grita desesperada –Mi hija está en no sé dónde con un asesino, Charlie es momento de que hablemos a las autoridades

-¡No, no pueden llamar a la policía! –grita Elena

-¡Calla Elena! –Le dice Arthur –Los acompañaré a levantar la denuncia

-¡No puedes ponerte en contra de tu propio hijo Arthur! –le ruega su mujer mientras se aferra con todas sus fuerzas al saco que él lleva puesto

-No bromeo Elena, estas enferma… y él también, te amo y sobre todo a mi hijo, pero lo que han hecho no… no puedo

Aleja las manos de su mujer y comienza a caminar detrás de Charlie y Ana. Yo estoy casi sin poder moverme, obligo a mis pies a continuar detrás de ellos. Damien me sigue sin decir nada mientras los dos miramos los rostros de miedo, confusión y decepción de los demás.

Valentina narra

Me encuentro en la habitación. Agradezco que tan siquiera puedo estar sola un momento. Me estoy volviendo loca encerrada entre las cuatro paredes de la habitación. Ni siquiera sé si James está en el lugar, pero por más que he buscado no he encontrado alguna forma en la que pueda escapar. Las puertas están cerradas y las ventanas tienen rejas. Además de que no ayuda mucho el hecho de que no tengo idea de donde me encuentro. Pero James ha pensado en todo, en mi cuarto de baño hay ropa como para un mes, incluso encontré toallas femeninas en el mueble des lavamanos. No puedo evitar sentir un terror inmenso cada vez que la puerta de la habitación se abre. Sin embargo, además de los gritos, no me ha maltratado de alguna manera. Sino todo lo contrario, parece empeñarse en que tenga todo lo que necesito.

La puerta se abre y él entra sonriente como siempre.

-¿Cómo estás?

-¿Quieres la verdad?

-Te acostumbraras a este lugar pronto Carla

-James… James por favor, hay que irnos de aquí

-No podemos

La apuesta © ➼ Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora