La apuesta © ➼ Editando.

¿Quien eres tú?

Llevamos tanto tiempo en el auto que no siento mis piernas. Daniel ha estado un poco inquieto así que me ha tocado estar en la parte trasera del auto con él.

−¿Estas emocionado por ver a tu mamá? –le pregunto a Mark

−Algo, para ser honestos me da un poco de miedo

−¿Por?

−No lo sé, una de las razones por las que mis padres se separaron fue porque él me hecho de la casa, quizá ella me tenga un poco de odio por eso

−Oh Mark no pienses eso

Por fin llegamos a la cuidad. Ver a tantas personas y edificios tan grandes me abruma un poco. Es extraño pues puedo distinguir las cosas y sentir como si ya las hubiera visto antes. Pero solo es un sentimiento vago porque realmente no lo recuerdo.

No tardamos mucho en llegar a casa de la madre de Mark. Su nombre es Dulce. Bajamos del auto y cargo a Daniel en mis brazos. La puerta de la casa se abre de inmediato y una señora un tanto mayor sale de la casa y corre a abrazar a Mark.

−Mamá –dice él riendo mientras corresponde a su abrazo, no puedo evitar sentir nostalgia ¿Abra alguien en esta vida que me quiera abrazar a mi así? ¿Cómo saberlo?, la mujer suelta a su hijo y se gira a verme, aunque en realidad sus ojos se posan en su nieto

−Está muy grande –dice mientras se acerca y lo toma entre sus brazos− Hola –me saluda en una sonrisa

−Mamá ella es… −Mark se queda callado y me mira apenado

−No te preocupes –dice la mujer− Yo soy Dulce, me da gusto conocerte, pero pasen por favor

Mark lleva las maletas adentro y no me deja ayudarlo así que entro con Dulce. La casa es acogedora y antigua. Se siente un extraño calor de hogar ahí dentro.

−Mamá, ¿Crees que puedas quedarte con Daniel mientras vamos al hospital?

−¿Van a ir ahora mismo?

−Entre más pronto vayamos más pronto estamos de regreso –explica él

−Claro… cuidare de Daniel mientras preparo una rica cena para todos

−Gracias mamá, vamos Bonita

−Hasta luego…

−Dime Dulce –dice ella en una tierna sonrisa

−Hasta luego Dulce

−Espero todo salga bien cariño

Subo al auto con Mark y se pone en marcha.

Alexander narra

−Eso es muy tonto –dice Fred

−No lo es, si lo piensas tiene sentido

−No estamos discutiendo una novela, se trata de un partido Cesar

−¿Una novela?

−¿Podrían callarase por cinco minutos? –les pregunta Damien molesto

−El único con el derecho de callarnos es Alexander, este es su departamento –alega Fred

−¿Fred?

−¿Qué pasa amigo Alex?

−Cierra la boca

−Ag ambos son unos amargado, de Alex lo entiendo pero ¿Tu Damien? ¿Qué pasa volviste a pelear con Kenya?

Damien no responde. Pero eso nos lo dice todo. Se levanta y se va directo a la cocina.