Parte 4

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Logan continuó avanzando hacia el vestíbulo, sintiendo en su estómago un enorme agujero que parecía querer tragárselo. Sus propias piernas parecían haberse aflojado y algo dentro de él, buscaba las fuerzas para continuar. Esa noche se presentaba como un desastre, antes de haber comenzado.

Al llegar al lugar, se encontró con Lehnsherr, quien no había notado su presencia. Lentamente y tratando de no llamar su atención, se escondió detrás de una de las paredes para espiarlo un poco. El hombre se acercó al espejo y se miró, antes de acomodarse los cabellos como lo habría hecho Charles en su momento, regresando otra vez al peinado que ya había tenido. Llevaba un traje color verde musgo que le quedaba bastante bien, ajustándose a su figura de tal manera que realzaba su elegante porte. Seguramente, a Charles le gustaría.

A Logan le pareció que estaba algo nervioso, daba algunos pasos cortos y pequeños y extraños saltitos, mientras acomodaba su vestimenta nuevamente, como si hubiera algo mal en ella. Estaba murmurando algunas palabras, que luego de que se concentrara un poco, fue capaz de dilucidar.

—Buenas noches... Señor y señora Marko – hizo una reverencia hacia el espejo y parecía corregirla repitiendo el saludo. —Buenas noches, Charles... Señorito Xavier – apretó los ojos como reprendiéndose a sí mismo y esperó en silencio por varios segundos —Ha sido una velada encantadora... pero he venido aquí a pedir permiso... No. - se corrigió —Ha sido una velada encantadora, pero he venido aquí con un propósito, el deseo de cortejar a su hijo... Si es que Char... el señorito Xavier... Si el señorito Xavier, lo desea- repitió.

A Logan se le hizo un poco extraño observar al hombre luchar consigo mismo porque le salieran las palabras, por lo que se decidió por interrumpirlo al fin y dio un paso más para adentrarse en el vestíbulo.

—Buenas noches, señor Lehnsherr.

Sorprendido, el alfa se volteó a verlo.

—Buenas noches, señor Howlett- saludó y reverenció.

—El señor y la señora Marko ya están en el comedor, esperándolo. Permítame que lo acompañe- pidió y sin esperar a que el hombre contestara, se volteó para tomar el camino que lo dirigiría hacia el lugar.

Al llegar, Sharon y Marko ya se encontraban allí, de pie junto a Charles quien dirigió una mirada desvalida hacia Logan. El beta, trató de brindarle consuelo con solo un gesto y pronto se detuvo, para dar espacio a que Lehnsherr saludara. El alfa lo rebasó y se detuvo justo frente a Charles, mirándole en silencio como un tonto. Logan dio un paso, entonces, para hablarle al oído antes de que se avergonzara a sí mismo.

—Creo que se dice "Buenas noches"- le recordó, pensando en lo extraño que eran los nervios de Lehnsherr. Después de todo, era un empresario bastante exitoso, seguramente, lidiaba con un montón de alfas rudos todo el tiempo.

—Buenas noches, Charles- habló de manera brusca

El omega le sonrió encantado e incluso, se sonrojó un poco, apreciando evidentemente, lo bien que Lehnsherr se veía.

—Buenas noches- saludó y el alfa permaneció unos segundos más observándolo, mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios. Luego de eso, pareció obligarse a mirar al matrimonio.

—Señor y señora Marko, buenas noches- todos hicieron una reverencia.

—Señor Lehnsherr, sea bienvenido- dijo Sharon y sonrió, de tal forma, que a Logan le dio un mal presentimiento.

La cena ocurrió tranquila los primeros minutos, sin embargo, a Logan, a quien por ser el cuidador de Charles le permitían estar presente de pie detrás de él, le pareció que era la mismísima calma antes de la tormenta. Mirando un poco a su protegido, notó la tensión en sus hombros, por lo que supo que el omega pensaba lo mismo. Lehnsherr, por su parte, parecía tener los labios sellados y se veía realmente incómodo. Viéndolo, se podría jurar que su mente tenía mil pensamientos a la vez, pero que no lograba conectar con ninguno de ellos.

El arte del cortejoWhere stories live. Discover now