Parte 3

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Logan observó a Charles oler la rosa por milésima vez en ese mismo día y contuvo un gruñido. Ambos se encontraban en la biblioteca, sin nada en especial por hacer, más que permanecer allí hasta que fuera la hora del té. Esa mañana habían ido juntos al parque, sabiendo, pero haciéndose los desentendidos, que Lehnsherr suele pasar por allí antes de irse a trabajar. A diferencia de muchos alfas adinerados, él apreciaba mucho los paseos; eso, o también se hacía pasar por inocente, mientras esperaba encontrarse con Charles en algún lugar.

Habían estado allí, cerca de uno de los grandes sauces, pocos minutos cuando lo vieron acercarse. Charles le sonrió con la expresión más dulce que le vio esbozar y el hombre pareció volverse todo blando por ello (cosa que Logan prefería no admitir que había notado). Para qué decir cuánto le costó alejarse unos pasos para permitir que hablaran. Lehnsherr le miró desconcertado, pero no perdió la oportunidad, después de todo, solo tenían unos minutos para hablar. No era bueno que vieran conversando a un alfa con un omega soltero sin antes haber pedido permiso a sus padres, sin importar que el cuidador estuviese presente.

Logan no está seguro de que cosas se dijeron, sin embargo, confiaba en Charles. Los observó a ambos intercambiar un par de palabras y vio sus gestos. A decir verdad, le sorprendió un poco que Lehnsherr estuviera tan nervioso, siendo un alfa con tanta experiencia. Logan esperaba que eso fuese una buena señal y no todo lo contrario. Antes de marcharse, Lehnsherr sacó la rosa que llevaba en la pechera y se la dio. Desde ese momento, el chico anda con la maldita rosa para todos lados. Ni siquiera le gustaban las flores, no de esa manera. Siempre se dedicaba a desmembrarlas y a estudiarlas. Probablemente, Logan ahora estaba descubriendo nuevas cosas de él, después de todo, la faceta de Charles enamorado era novedosa. Admitía para sí mismo que eso daba un poco de miedo, quizás, todo estaba sucediendo demasiado rápido.

—¿Crees que debería disecarla en un libro? - preguntó, Charles y le miró con sus grandes ojos azules, ajeno a sus pensamientos.

—Perderá su aroma- respondió, aclarándose la garganta luego, cuando notó que casi había gruñido la respuesta.

—Lo sé... pero durará más tiempo. Será una lástima si se marchita y debo deshacerme de ella.

—Entonces, hazlo... Elige un buen libro para ello.

—Lo haré- le sonrió y esperó unos segundos antes de volver a hablar —¿Le has enviado al señor Lehnsherr la solicitud para la cena? - cuestionó, evidentemente, nervioso.

Logan permaneció en silencio, pensando en dicha cena. Se suponía que, en ella, el alfa hablaría con los padres del omega al que pretende, antes de comenzar a frecuentarlo. Sin embargo, no estaba del todo seguro que la madre y el padrastro de Charles asistieran a ella, por lo que esperaba que Lehnsherr no se sintiera ofendido tener que hablar con un cuidador. Por otro lado, era mejor de esa manera. Logan estaba seguro que Kurt y Sharon lo único que harían sería humillar a Charles, como sucedía cada vez que estaba en sociedad junto a ellos. Sí, muchos alfas no querían a Charles por su discapacidad, pero Logan pondría su mano en el fuego, si se equivocaba al asegurar que otro de los motivos eran esos dos.

—Sí, lo he hecho y ha aceptado... Será mañana en la noche.

Charles sonrió encantado con la noticia, antes de que su rostro se contrajera por la preocupación.

—¿Mi madre y Kurt?

—No regresan de su viaje hasta el viernes. No te preocupes, está todo bajo control.

Charles suspiró aliviado y Logan sintió un poco de pena por ello.

—¿Qué traje crees que debo ponerme? - preguntó luego de unos segundos y sonrió ansioso.

El arte del cortejoWhere stories live. Discover now