Capítulo 26 | Escarmiento cruel

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—No me pondré ningún vestido porque no iré a ningún lado —se lo digo decidida y con voz cansada.

Me vuelvo a acostar y así de rápido como mi cabeza tocó la almohada, así la dejó con el halón que ella me da desde mis pies sacándome de la cama en un santiamén. 

—Te vas a dar un baño porque no pienso dejar que te me deprimas. 

La miro mal porque ella ni nadie mas entiende lo que es presenciar una serie de asesinatos. 

—Allie... —se me quiebra la voz y me es imposible evocar lo ocurrido. 

Ella cambia su expresión y me abraza en lo que yo sollozo en su hombro. 

—Mi pequeña, Collet... —acaricia mi cabeza— sé que estas mal, pero por lo mismo sal de tu habitación porque acá acabarás contigo misma y nada fue tu culpa de lo que ocurrió como para que te deprimas. 

—Yo pude haber salvado a los tres... 

—No. No era tu responsabilidad y tampoco habrías podido contra el maldito que te atacó, dices que era tres veces mas grande que tú.

Me quedo viéndola y no sé como él pudo haber sido tan astuto para que las cámaras no lo captaran. 

—Celebremos mejor que saliste ilesa de todo. —me toma del rostro y limpia mis lágrimas— Tengo los guardaespaldas suficientes para que nadie nos ataque en lo que vamos a casa de Riley. 

El corazón me salta y es que en realidad si he deseado ver a una persona, y esa persona es Hanniel, ha sido desde que lo vi en la comisaria cuando llegó a traer a Riley, desee que me abrazara y me besara haciéndome olvidar lo que tanto ahora me afecta. 

Allie me insiste hasta que me canso y sé que si no salgo ella seguirá de la misma manera. Termino en su auto después de despedirme de papá quien para mi sorpresa me dejó ir con la promesa de mi amiga que me cuidará junto con su seguridad. Aún no entiendo como ella consigue que papá ceda. 

Los jeans de lona me aprietan y es que el vientre se me hinchó con dolores por no comer ni beber nada, además que siento punzadas que me indican que el periodo pronto vendrá, algo que me pone en duda porque acabo de salir de la semana en la que menstrúo ¿Y ahora otra vez?

Las tetas me duelen y la blusa me aprieta haciendo un poco visibles mis pezones que se ponen duros con ver a Hanniel al otro lado de la mansión, hablando con Liam y Evans, luce tan guapo como nunca vistiendo un pantalón de mezclilla negro que le queda perfectamente ajustado con una playera gris que remarca sus músculos. 

—¡Hey, vengan! —el que grita es Evans y Allie le sonríe plenamente acudiendo al llamado. 

Se me acelera el corazón mientras nos acercamos y la diferencia de altura con Hanniel se hace tan visible hoy que no cargo puestos tacones. Allie saluda de beso en la mejilla al moreno y yo solo de mano pero... 

—¿Y así nos vas a saludar? —me dice Liam y me esfuerzo por sonreír.— Venga, que un beso en la mejilla no mata a nadie. —entiendo al instante sus palabras y es que Hanniel se le queda viendo fijo recostado mientras fuma un cigarrillo en el capó de un auto que nunca le había visto pero es tan hermoso como él. 

 Allie me empuja y no tengo de otra que seguir lo que estos hacen y al primero a quien saludo es a Evans que posa su mano en mi hombro correspondiendo al saludo, voy con Liam pero este coloca su mano en mi cintura y me acaricia bajo la vista de todos y la de él. Tarda más de lo necesario y me separo cuando me lo permite y trago saliva girándome un poco para ver a Hanniel y estoy tan insegura de si saludarlo o no mientras él no separa su vista de mi y.. «Oh vamos Collet, no seas ridícula»

Hacia lo Prohibido ©Where stories live. Discover now