Clara y los vomitivos

15 0 0
                                    

No se cuanto tiempo pasó, pero cuando por fin levanté la vista, vi que a mi lado habia una chica con una vestimenta algo extraña. Falda de cuero cosida por partes y una camisa de cuadros que le quedaba extrañamente ancha. Era preciosa. Y no sabía que hacia ahí mirandome, ni cuánto tiempo debía haber estado ahí a mi lado.
Cuando paré y vio que la miraba se acercó a mi, me ofreció un cigarrillo que acepté encantado y me dijo:
-Tocas de puta madre ¿Cómo es que nunca te he visto por aquí?
No era de por aquí, le respondí indiferentemente.
-Guay. Soy Clara, la batería del grupo de los gilipollas esos que ya has conocido.
Tenía una voz preciosa, dulce, pero con ese tono asqueado tan especial.
Charlé un rato con ella y al final acepté su invitación a entrar al garito para tocar algo.
Aquel sitio era perfecto, estaba tan sucio como el bar, incluso más, pero era un ambiente totalmente distinto. Las paredes estaban repletas de posters y pegatinas, y en el suelo junto a unas sillas roñosas había una mesa con un radiocasete, con muchos cassettes tirados por el suelo. Me acerqué a mirarlos todos, algunos grupos me eran conocidos, otros tan nuevos para mi como esa gente que había dentro.
-¡Eh! ¿Quieres tocar algo con nosotros? Podemos dejarte una guitarra que suene mejor.
-Me llamo Dan. Y vale.
Me acercaron una guitarra, no era de las mejores, dijeron, pero sonaría mejor que la mia.
Me enseñaron bastantes canciones llenas de rabia que aprendí bastante rápido. Me ofrecieron tabaco, cervezas y algún que otro porro. Fueron bastante amables.
Tras unas canciones más en el radiocasete y unos parloteos, Clara me ofreció su casa para descansar, y acepté a irme con ella.
Allí me di una ducha caliente, me dejó algo de ropa que me quedaba grande y nos tumbamos juntos en la cama hablando hasta que me quedé dormido. Dormí tranquilo, como nunca había hecho y cuando desperté ella ya no estaba. Me dejó una nota diciendo que estaba trabajando y el desayuno en la cocina.
Era tan bonito. Me cuidó mucho mientras estuve con ella. Me contó sus sueños. Me dijo que quería salir de ese grupo, montar el suyo propio, yo podia ser su guitarrista. Y nos alejariamos de aquella ciudad.
Mientras tanto, trabajaba de camarera durante la mañana y ganaba algo de dinero tocando con "los vomitivos" hasta que ahorrara para irse.
Yo también ganaba mi parte, menos, pero algo ganaba, para un poco de priva y comida para Clara.
Fué una buena época. Mientras tocaba con aquel grupo.

MALA RUINAWhere stories live. Discover now