MALA RUINA

July

Ignoré del todo a la gente extraña del antro. Solo pensaba en comer.
En la barra una chica guapa se acercó a preguntarme que quería. Yo sentí ese miedo a que me trataran como escoria de nuevo, pero no, para mi suerte me llevó con July.
Que estaba en una esquina del bar, sentado en unos sillones fumando en una pipa y con muchos botellines vacíos sobre la mesa. Hablé con él. O ella. A día de hoy no sabría definir su sexo.
Creo que dijo "pobre chiquillo" o algo así y le pidió a la camarera algo de comer y beber.
Yo comí como un muerto de hambre aquella sopa, mi estómago lo agradeció, a pesar de no estar deliciosa.
July me preguntó sobre mi vida y yo me limité a contestar que había perdido a mi familia y vivía por las calles. La gente solía asustarse cuando le contaba mi historia así que la resumí a eso.
Al parecer July se compadeció, al parecer tuvo que huir de su hogar muy joven ya su familia le trataba como a un engendro cuando empezó a vestir la ropa de sus hermanas. Escapó justo cuando pensaban encerrarlo en un loquero. Me compadecí de él, me sacaba muchos años, pero ambos procediamos del rechazo.
Tras una larga conversación y mucha bebida por parte de July, accedió a dejarme vivir en un cuartucho cerca del almacén, a cambio de un alquiler, que no me preocupara, dijo, más tarde hablariamos.
Yo flipaba.
Me ofreció una bebida, y otra y otra que rechacé cuando me dijo
-vamos niño ¿No me digas que no has bebido nunca?- rió - Echale un trago, verás como te calientas.
Y tanto que lo hice, recuerdo poco mas antes de tirarme al colchón mohoso.
Yo estaba totalmente seco, cuando escuché la puerta abrirse. Miré atontado hacia arriba. Ahí estaba July, mirándome con cara de pena, diciéndome que eso era lo que debía hacer para poder vivir allí, que no tenía otra opción, que ambos ganabamos y algo de que a ella le hubiera gustado tener a alguien cuando empezó. Se acercó hacia mi, oliendo a una mezcla de alcoholes indescifrable.
- Vamos chico, este hombre quiere pasar la noche contigo. Tendrás tu parte y podrás quedarte aquí.
Yo asustado accedí con la cabeza. Y así empezó todo.