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Luego de estacionar el coche tomamos nuestros bolsos para acercarnos a la entrada de mi casa y golpear de una vez la puerta. Antes habíamos pasado por el centro de la ciudad unos minutos para buscar regalos para navidad, nos costó un poco pero intentamos ser lo más rápidos posibles debido al tiempo que nos quedaba.

—Hola, mamá, ya nos tienes de vuelta —sonreí al verla asomarse tras abrir la puerta.

—Creí que no iban a llegar, el viaje es largo —dijo, regalándole una sonrisa a Eun— Pasen, de prisa. ¿Qué tal lo pasaron?

—Increíblemente bien.

—El lugar era muy lindo, de verdad. Preparamos pizza y muchas otras cosas que Jungkook me enseñó. También había otra pareja aparte de nosotros cerca de allí, así que almorzamos e hicimos una fogata con ellos una vez, fue divertido.

—Me alegro mucho de que lo hayan pasado bien, y tú —la miré extrañado cuando golpeó mi brazo sin razón alguna— Con un "Increíblemente bien" no me basta, quiero fotos del lugar.

Y girando sobre sus talones se fue hacia la cocina.

—Vayan a ponerse algo cómodo, les prepararé algo de comer.

—Comimos algo en el auto, señora Sunhwa, por mi no se moleste.

Mamá volvió a la sala después de oír las palabras de mi novia, y tomándole las manos entre las suyas dijo: —Puedes decirme Sun, cariño, no hay problema. Y en cuanto lo otro, seguro comieron pura chatarra, así que voy a prepararles algo delicioso.

—¿Estás de buen ánimo hoy, Sun? —pregunté en un tono burlón. Cuando era más pequeño solía llamarla por su nombre y eso le molestaba.

—Es navidad, hijo, hay que estar de buen ánimo. Y tú puedes seguir llamándome mamá, no hay problema.

Con una sonrisa la vi irse a la cocina, y solo me dispuse a tomar la mano de Eun y llevarnos a la habitación.

—¿Jimin no está invitado a la cena? —preguntó, dejando caer su bolso sobre la cama.

—Lo pasa con su familia, pero desde que nos conocemos viene al día siguiente para tomar el desayuno y comer las galletas que hace mamá.

—Ya veo.

—¿No extrañas a tu familia? —le pregunté, luego de quitarme la sudadera.

—Solo un poco —respondió soltando una risita— Es la primera vez que no la pasó con ellos pero, me siento bien aquí, con ustedes. Contigo.

—Te prometo que vamos a pasarlo bien los tres, no vas a arrepentirte nunca —dije, acercándome a besar cortamente sus labios— Me encantas, ahora a cambiarte —le ordené, dándole una leve nalgada.

Entre risas la vi correr al armario para buscar ropa e inmediatamente me puse en marcha también. Había mucho que hacer aún y no quería dejar a mamá con todo el trabajo.

—Ya estoy aquí ¿en qué necesitas que te ayude? —le pregunté llegando a la cocina.

—La ayuda para después, primero siéntate que tienes que comer algo —respondió mientras iba de un lado a otro— ¿Y Eun?

—Oh, ahí viene —dije, Eun entró algo perdida sin saber que hacer aún y de inmediato la llamé para que se sentara a mi lado.

Luego de unos segundos mamá puso frente a nosotros dos platos de Bibimbap junto a unos pequeños platillos para acompañar.

—Se ve delicioso —comentó Eun, sin dejar de mirar el plato.

—Espero que lo disfruten, yo mientras tanto estaré ordenando algunas cosas en mi habitación.