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La puerta de casa se abrió unos segundos después de golpear y frente a nosotros apareció mi madre.

—Ya me estabas preocupando —fue lo primero que dijo antes de fijar su mirada en Jieun.

—Lo siento, tuve que... atender unas cosas y me atrasé un poco —algo nervioso aclaré mi garganta y tiré suavemente a Eun hacia mi— Ella es Jieun, es... es una amiga.

—Un gusto, cariño, yo soy Sunhwa, madre de Jungkook —le sonrío mamá y pude notar a Eun algo incómoda.

—El gusto es mío.

—Má, Eun va a quedarse aquí esta noche, vino de visita y Jimin no iba a estar en el departamento así que no quise dejarla sola.

—Oh ¿en serio? —asentí ante la sorpresa de mamá— Entonces iré a preparar la habitación, pónganse cómodos.

—No. Mamá, no es necesario, va a dormir conmigo.

Por la mirada que me dio supe que ya había notado lo que había entre nosotros así que simplemente opté por sonreírle.

—¿Quieres que les prepare algo de comer?

—No, ya es tarde ve a descansar. Yo me encargo.

—¿Estas seguro? No me tardo nada.

—Puedo hacerlo, tranquila —le sonreí. Dejé un beso en su coronilla y le deseé unas buenas noches.

—Perdón por las molestias, espero duerma bien —habló Eun cuando mamá se preparaba para despedirse de ella.

—No es molestia. Yo espero que duermas tranquila y que te sientas como en casa.

—Muchas gracias.

Espere a que su figura se perdiera en la oscuridad del pasillo y luego llevé a Eun hasta la cocina.

—Te dije que no iba a ser malo.

—¿Por qué le dijiste que dormiría contigo? Morí de vergüenza —se quejó, y no se si fue una alucinación pero... me pareció ver un pequeño rubor asomarse en sus mejillas.

—Uhm ¿Min Jieun está realmente avergonzada? —pregunté con un tono burlón poniéndome frente a ella.

—Voy a golpearte —amenazó haciéndome reír. Besé cortamente sus labios y me aparté para buscar que preparar en la despensa.

—¿Quieres que prepare algo en especial? Recuerda que soy todo un chef ahora —bromee volteándome para verla.

—Estoy bien con lo que usted decida, chef.

—Bien, entonces comeremos fideos instantáneos —respondí, ella soltó una pequeña risa haciéndome reír también, y me apresuré en explicar— Lo siento, no hemos comprado la despensa aún.

—Tranquilo, me encantan los fideos instantáneos —dijo, con una sonrisa divertida.

Al cabo de unos minutos pudimos sentarnos al fin a disfrutar de lo que se podría llamar "cena". Mañana sin falta debía hacer las compras.

—De verdad me habría gustado prepararte algo más que solo fideos.

—Tranquilo, Jeon. Además ya haces mucho por mí al dejar que me quede aquí.

Le regalé una media sonrisa, bebí lo último que quedaba de soju en mi copa, y la miré.

—¿Hasta cuando planeas quedarte?

—Uhm, bueno... hasta que te aburras de mi tal vez.

—Bueno, entonces déjame decirte que definitivamente ya no vuelves a Seúl.

Wrong Number; jjkWhere stories live. Discover now