〖Cap.27〗

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«Somos estrellas y somos hermosos»
Scars to your beautiful – Alessia Cara

    Las lágrimas que corren por mis mejillas junto a mi respiración agitada, alerta a los demás en la casa y escucho a lo lejos pasos acercándose. Intentan abrir la puerta de mi habitación, pero no lo logran.

     —Chloe, necesito que me abras —dice Lucy, mi psicóloga, al otro lado de la puerta.

     —No quiero —digo hecha un ovillo en el suelo de mi habitación.

     —Necesito que me abras —insiste ella, pero me rehuso a hacerlo—. Chloe, por favor —susurra ella.

     Miro hacia la puerta y puedo observar cómo abren esta con las llaves, pero no me levanto, tan solo me quedo sollozando en aquella débil posición.

     —Lamento invadir tu espacio  —menciona Lucy acercándose a mí—. ¿Qué sucedió?

     Con dificultad apunto con mi dedo índice un pequeño contenedor de plástico en el cual hace algunos minutos había vomitado. Hace semanas no lo hacía y estaba muy orgullosa por ello, pero no podía resistir tanto.

     Lucy lo mira y me invita a levantarme, pero al negarme, se sienta junto a mí y le hace señas para que los demás cierren mi puerta.

     —Chloe, no te sientas mal. Esto suele pasar, no podemos pretender ser fuertes por siempre, en ocasiones tenemos momentos malos los cuales debemos saber superarlos —susurra mirándome de la forma más comprensiva posible.

     —Iba tan bien —exclamo suavemente y con la voz rota.

     —No tienes que sentirte mal. Ven, quiero enseñarte algo —dice levantándose y brindándome su mano. Por un momento pensé en rechazar aquello, pero termino accediendo.

     Ambas tomadas de la mano, nos dirigimos al patio trasero a observar la lluvia de aquella tarde de primavera.

     —Mira las gotas de lluvia, ¿no se parecen a las lágrimas? —exclama observando el cielo, yo tan solo asiento—. Personalmente, creo que el clima también tiene sus momentos difíciles, cuando llora caen gotas de agua, cuando tiene rabia desata viento, pero el sol siempre aparece después de todo.

     —Nunca lo había pensado —respondo limpiando mis mejillas.

     —Pero, sabes otra cosa. Esos momentos difíciles no son tan malos, nos recuerdan que somos personas. Nos recuerdan que ser felices todo el tiempo no es sano —dice observándome—. Muchas personas aman la lluvia, así que eso comprueba que incluso los momentos de tristeza no son malos ni nos vuelven débiles —añade y me abraza—. Jamás te sientas mal por haber tenido un mal momento, eso es lo más humano que podemos experimentar.

     —Necesitaba escucharlo —exclamo alejándome de ella. Ella me sonríe y me indica que vaya a la sala de estar de la casa.

     Una vez ahí, los chicos me estaban esperando y cuando me ven entrar, Maya la chica de hermosa tez morena, me recibe con un cálido abrazo.

     —Tranquila, Chloe. A todos nos ha pasado —dice ella y me indica que me siente en una alfombra que hay en el lugar—. Los primeros días en este lugar, no podía comer otro alimento que no fuera saludable, además me resultaba imposible no contar las calorías de cada comida que veía. Aún me cuesta tener una relación sana con la comida, pero no me pienso rendir.

     —En mi caso, no podía comer los primeros días. El ver comida me resultaba algo asqueroso, pero ahora puedo comer un poco más —exclama Camila tomando mi mano en forma de apoyo.

Mi Cuerpo, Mi Maldición | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora