Capítulo 20 | Demone

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Analizo sus palabras aún viéndola y me da un reproche el tenerla conmigo acá. 

—¿Que insinúas? —tanteo viendo al mar, vuelvo a poner mi atención en él.

No me contesta, solo ladea la cabeza en un gesto que entiendo completamente. Escucho las solapas del helicóptero y me doy la vuelta en dirección a ellos. 

—Te llevas mi mercedes —le encargo a Liam, la sonrisa de pendejo se hace presente, aunque la deshace al instante con verla a ella.— Solo recuerda que ese vehículo vale mas que tu y Evans juntos. 

Termino de advertirle antes de irme a la pista donde me están esperando, le dejo el todo terreno a pesar que tengo hombres que pueden llevarlo sin siquiera arrancarlo. 

—¿En esto nos iremos? —pregunta Collet sorprendida. 

—No voy a manejar en la carretera cuando puedo hacerlo en el aire. 

No me responde nada porque comienza a llorar mas y me fastidio, me termino subiendo haciendo mas llamadas. Las letras DIXON relucen en la cola del helicóptero que emprende el vuelo directo a Brooklyn. Pido que trasladen mis maletas y las de ella a mi casa, también solicito que me hagan un informe mas detallado de lo que ocurre, necesito mas información y les está quedando grande, o mas bien; les quedó grande y por eso voy directo a Malcom. 

Estoy tan enojado que ya no sé ni que hacer en el tiempo que nos toma llegar a la pista de aterrizaje. Evito verle las piernas torneadas a Collet que como si lo único que tenía para ponerse eran esos shorts de mezclilla que le queda a los muslos cremosos que tanto ansío por marcar. 

Nos subimos a la camioneta respaldada por cuatro mas. Malcom es un gran empresario y político militar aspirante a presidente que acaba de ser atacado, por ende, debo andar con mas seguridad de la que tenía, ahora no puedo hacer que sea tan discreta. Aunque sé muy bien el porqué de mis precauciones. 

Collet se pone nerviosa con mi presencia muy cercana y no puedo evitar tomarla de la cintura subiéndola de piernas abiertas sobre mí. Atrapo sus labios suaves que están hinchados y mas deliciosos que nuca, ella no tarda en corresponder el beso pero siento su angustia y miedo que no puedo adentrarla mas allá para follarla porque se separa de mi boca abrazándome mientras se le salen los sollozos. ¿Qué diablos hago yo aguantando esto?

Llegamos al hospital y ella sale como bala mas alterada, lleva el cabello recogido, una chaqueta, esta obscuro aun pues ni las cuatro de la madrugada son. Se vuelve loca preguntando de aquí para allá tomándome del brazo sin querer soltarme, me hala hasta que le dicen donde están su hermana y papá. Nos vamos por el pasillo indicado y no aguanto mas. 

—Quiero cogerte —soy sincero y ella se detiene junto conmigo pero no voltea a verme y suspira sentida del pecho. 

Sonrío y ahora yo la halo introduciéndonos en una de las puertas que tiene "almacenamiento" por rotulo y no me importa cuando ella me toma del cuello de la palyera para besarme. Cierro la puerta con pestillo y el que me muerda los piercings no ayuda a mi autocontrol para no ser un salvaje, ella aun no se adapta. Me sorprende que por ella misma se quite la blusa que tiene junto con su sostén. 

—Chupa —me pide y mis ojos no se quitan de sus pequeños pezones rojos e hinchados que tiene por la manipulación que les dí hace unas horas. 

La tomo de las caderas y la subo en una mesa en la que cae al suelo las cosas que tenia. Le doy un lengüetazo en un pezón pretendiendo rozar en el tentativamente el arete que tengo en la lengua, cosa que rápido eriza su piel y erecta los mismos poniéndose como unas pequeñas piedras, me deleita ver cómo crecen con la exitación.

Hacia lo Prohibido ©Where stories live. Discover now