Capítulo 7

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—Hey se suponía que lo diríamos a la vez —le reprendió Jin golpeándole el pecho con su codo—.

Jungkook volteó a ver a Tae quién ahora sonreía y luego se volteó a ver a sus amigos que repitieron el feliz cumpleaños a la vez pero ahora todos a la vez a excepción de Taehyung, ya que el chico lo dijo cuando todos ya habían acabado de felicitarlo y Jungkook se volvió a voltear hacia él. 

Desde que era pequeño nunca le gustaron las fiestas grandes cuando eran para él, sus anteriores cumpleaños los había pasado con Jimin, Hoseok o Namjoon. Cuando tenía diez años seguía haciendo sus fiestas grandes a las que iban todos sus amigos pero sus papás no estaban ahí. O si estaban solo se quedaban una hora antes de volver a salir.

Por trabajo. Eso le decían.

Su madre era una actriz famosa y su papá un militar importante. Siempre iba a mostrarles lo que hacía, sus dibujos, lo que había aprendido en clase, sus manualidades, les llevaba cosas para que coman, tocaba un ukelele que le dieron sus tíos pero ellos siempre lo felicitaban, sonreían y le decían que se tenían que ir.

Y como el buen hijo que debía ser asentía y se iba calladito a su cuarto.

Este año ni si quiera lo saludaron, seguro se les pasó por su agenda, eso pensaba. No le importaba mucho, cuando llegó al salón y ni Jimin ni Hoseok le dijeron nada se sorprendió un poco ya que ellos siempre salían desde los últimos años y tampoco le llegó un mensaje por parte de Nam. A Taehyung no lo podía culpar, recién se conocían.

Tal vez este año sería mejor que los anteriores. 

—Jungkook —llamó Jimin sacándolo de sus pensamientos—. Abre tus regalos —sonrió—.

—Gracias Hobi —dijo cuando el chico le entregó una cajita mediana—. 

Era un reloj. Luego le dieron un regalo Jin y Yoongi, de parte de los dos. Era un perfume. Namjoon le dio el suyo que era una polera de las que usaba cuando salía. Les agradeció a todos y los abrazo. Jimin le dijo que se lo daría después y Tae le extendió un paquete mediano.

Cuando lo abrió era una pintura. Era él. El chico pintaba lindo. En la pintura estaba él mirando hacia la derecha, se parecía a la vez que fueron al techo de la casa.

—Gracias —volteo a abrazarlo—. Está lindo.

Habían ordenado bibimbap y se sentaron en el sofá para comer mientras que hablaban. Empezaron a reir gracias a las cosas que decia Jin, algunos chistes y cosas que le pasaron. Iban a proponer que hacer en lo que quedaba de la tarde y noche en lo que a Jungkook le entró una llamada. Su madre. Se disculpó y fue a contestar.

—Jungkook.

—Hola —fue lo único que respondió—.

—Hijo necesito que vengas, una entrevistadora vendrá hoy y se supone que debe estar toda la familia, llegará máximo a las seis y cuarto. ¿Llegas? 

—No puedo ir. 

—¿Por qué no? Ya acabaste clases y según lo que se no te has inscrito a ningún taller este año. 

—Estoy con mis amigos. ¿Te acuerdas? Hoy es mi cumpleaños.

Silencio. Su madre no dijo nada y él tampoco.

—Diles que estoy enfermo —colgó—. 

No los culpaba, sabía que sus padres no eran malos, si se preocupaban con él cuando podían pero no podía no sentirse mal. Hoseok vivía con su abuelo, que debía estar en el segundo piso durmiendo ahora, desde hace un par de años que sus papás fallecieron y él siempre mantuvo su sonrisa, las primeras semanas se las pasó muy mal pero sabía que aunque se culpara y no hiciera nada más que sentirse mal no se arreglarían las cosas así que decidió intentar ser positivo.

Color Rush || KookvWhere stories live. Discover now