N U E V E

3.2K 322 63
                                    

A las cuatro en punto, salí de la escuela, mi mochila rebotaba arriba y abajo detrás de mí. Theodore estaba recostado contra la reja, su gorro callendo hasta sus ojos, sus rizos plateados asomándose. Sus gafas geek sólo lograron ocultar su cara aún más, su suéter de gran tamaño ahogándolo. Salí corriendo feliz, disparándole una sonrisa descuidada. "Hola. ¿Listo?"

Se puso su mochila en el hombro, sonriendo tímidamente, "S-sí, hola".

Nos apretamos frente a los coches, serpenteando entre multitudes de chicos riendo y charlando, hasta que eventualmente llegamos a mi jeep en el otro lado del estacionamiento.
Después de subirnos, puse en marcha el motor y manejé fuera de la escuela, la radio sonando roncamente entre nosotros.

"¿D-dónde está tu prima?" Preguntó, jalándo de sus mangas y jugando con sus manos mientras los neumáticos rebotaban por el camino mojado, salpicado charcos.

"Ella salió a hacerse un manicure con Sam y Daya." Me reí ligeramente. "Le dije que tenía entrenamiento de fútbol."

Sus ojos brillantes se reflejaron en los míos, "N-o tenías que-."

"Cállate." Me reí, entrando al pequeño estacionamiento de concreto de la tienda de mascotas, que contenía solamente cuatro espacios. "Wey, amo los gatitos. Prefiero estar haciendo esto, confía en mí."

Podía decir que aún se sentía culpable cuando salió del coche y yo le ponía seguro detrás de nosotros. La tienda ya estaba abierta cuando entramos, aunque el cartel decía 'cerrado' y nadie estaba detrás del mostrador. Theodore no se detuvo a pensar en esto cuando entró directamente a la tienda y en la habitación donde Milo había operado a Bugsy.

Me congelé cuando mis ojos se posaron en una joven mujer, agarrando un pequeño gatito naranja sobre su pecho. Ella - como Milo - tenía los ojos verdes de Theodore, pero su pelo era más obscuro y su piel no tan pálida. "Oh, bien, estás aquí." Ella suspiró, mirándonos antes de hacer una pausa. "Oh, hola." Ella hizo una corta reverencia con la cabeza.

"Mamá, este es Luca." Theodore presentó.

"Hola, gusto en conocerla" sonreí cálidamente.

"Qué adorable acento." Ella comentó, haciendo que Theodore se sonrojara profundamente. "Bueno, un gusto conocerte, Luca." Y después de que removiera el cabello de su hijo y colocara al gatito en una caja de cartón grande, ella salió por la puerta.

"Ella y-y mi papá comparten los turnos en el dia." Me explicó, sentado con las piernas cruzadas en el frío suelo, "Yo y M-Milo tomamos los de la tarde".

Me senté a su lado, frente a la alta caja, mirando adentro de ella y jandeando. La caja estaba cubierta con mantas y juguetes, pequeñas bolitas de pelo vagando alrededor y maúllando suavemente. La mayoría de ellos eran naranja, sus cuerpos llenos con pelaje, sus patas delgadas y apenas capaces de soportar su peso, sus colas puntiagudas y afiladas. "Oh mi Dios."" Respiré. "Son jodidamente adorables."

Theodore rió suavemente, tomando cuidadosamente uno de ellos, sosteniéndolo cerca de su cuerpo, con los dedos corriendo a lo largo de su suave pelaje mientras el gatito se acurrucaba en su pecho. "Sí, lo son." Él contesto en acuerdo. Él notó mis ojos en el gatito que estaba sosteniendo y se ruborizó, "T-tu puedes sostener uno. S-si quieres." Me dijo en voz baja.

Me arrastre más cerca a la caja, mis ojos se precipitaron entre los varios gatitos callejeros antes de aterrizar mi mirada en un pequeño calico, su pelo blanco con manchitas marrones y negras. Deslizé mis dedos debajo de su suave pancita y lo levanté suavemente, apoyándolo en mi regazo mientras hundía sus garras en mi muslo, mis dedos acariciando su lomito. "¿Crees que la gente se los llevará?"

El Chico Holandés [BxB]Where stories live. Discover now