◈ ━━━━━━━ ⸙ RM ⸙ ━━━━━━━ ◈

Son las 09:46am y aún sigo aquí, tirado entre tantas fotos y drogas porque al fin y al cabo ella es la que me ayuda a olvidar, a aliviar tanto maldito sentimiento de culpa.

Ya Natasha y Penélope se fueron, nunca fueron de quedarse mucho tiempo en casa de sus clientes.

Y nuevamente estoy solo, o casi solo. El timbre de la puerta suena y suena y lo primero que pienso es que se les pudo quedar algo a una de mis acompañantes en la noche anterior. Ellas no son ajenas a verme en mi estado de prácticamente drogado así que no me importa nada y bajo en bóxer a abrir.

Abro la puerta y casi que me desen-drogo al ver a la chica de ojos cafés y cabello por los hombros, rizado, castaño y ahora despeinado.

Emma.

Su mirada está fija en mis ojos y estoy seguro de que ya se dio cuenta de que no estoy completamente sobrio.

Hoy no, niña pija.

¿Qué haces aquí? No es el día.

No tengo ganas de nada y mucho menos de discutir por cualquier cosa que se le pase por la cabeza.

Inesperadamente me abraza con todas sus fuerzas hasta el punto de hacerme retroceder y entrar a la casa.

◈ ━━━━━━━ ⸙ RM ⸙ ━━━━━━━ ◈

Horas antes:

Emma.

Hoy es un día que me gustaría pasarlo en México, pero debido a que no puedo, me toca pasarlo aquí. Pongo todos los sentimientos positivos en marcha y me monto en el auto con mi hermana.

Al llegar al instituto, me bajo, me despido de ella y camino hacia la entrada. Antes de que pudiera cruzarla, unos brazos tiran de mí hasta hacerme retroceder.

¿Max?

Pensé pero al ver aquellos ojos azules y cabello oscuro supe que se trataba de Carlos.

—Necesito hablar contigo —me dice algo agitado.

—¿Qué sucede? —pregunto aún sin creerme que me esté pidiendo ayuda.

—Nunca pensé que te pediría esto, ni a ti ni a ninguna de sus chicas pero necesito que estés con Max hoy, todo el día y que sobretodo evites que pruebe la droga.

Me quedo en silencio por unos segundos asimilando lo que me acaba de decir.

—¿Qué quieres decir? ¿Qué sucede?

—No preguntes, sólo hazlo por mí, tengo que presentarme a un examen que harán en la universidad y —hace una pausa—. Ni siquiera sé por qué mierda te estoy dando explicaciones.

—Pero—

—¿Puedes hacerlo sí o no?

—Sí pero—

—Adiós —Se fue prácticamente corriendo hacia su coche y luego arrancó el motor.

¿Qué tiene Max?

Esa pregunta se repite una y otra vez en mi cabeza mientras camino por el pasillo en camino a clase de Física.

Entro en el laboratorio ya con mi bata puesta y tomo asiento al lado de Vero.

—¿Y el profe? —le pregunto.

—Aún no ha llegado —me responde.

—¿Hiciste la tarea?

Remember Me ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora