Ay no. ¡Ay no!

¡Me va a matar! ¡¡Me va a matar!!

Y luego me va a revivir para volverme a matar.

¡No quiero morir virgen! Sería muy triste.

—Sí, ya sé que quieres saber que es lo que supuestamente tú, me pasaba aquel día y la verdad es que—

—¡Espera!... ¿Qué?

No sé quién tiene más cara de confusión, si él o yo.

—¿No era eso lo que me ibas a preguntar?

No, te iba a decir que ya no puedo seguir con esto.

Díselo, Emma, no seas cobarde...

—¿Cómo... cómo te enteraste?

¡No, no! ¡No cambies de tema!

—Dígamos que no fue muy conveniente de tu parte ir a preguntarle a mi mejor amigo. Pero eso da igual lo que quiero saber es—

—Olvídalo —lo interrumpí.

—Lo que quiero saber es de dónde mierda sacas tantas ideas locas. ¿Qué me pasaba algo malo? ¿A mí?

Ahora no sé qué creer.

Mel dijo eso. Y a ella se lo dijo Carlos.

La escuché hablar tan preocupada que creí que sí, me preocupé e hice el papel de idiota yendo a preguntarle a Carlos.

Pero ahora.

Hay tanta seguridad en las palabras de Max. No hay ni una pizca de nerviosismo, nada, sólo la frialdad que nunca ha abandonado a su voz.

—No lo sé. Te lo voy a preguntar directamente, el 24 de diciembre ¿Pasará algo?

Entonces todo pasó demasiado rápido.

Cada fracción de su cara se transformó, sus ojos brillaron con una intensidad que nunca imaginé ver en él y silencio.... Un incómodo silencio que se mantuvo por tres minutos.

—Por supuesto que pasará algo. Celebraré noche buena como mismo lo harán todas las personas de este mundo.

—La pregunta tiene doble sentido, Max. Todos dicen que eres inteligente, demuéstramelo y respóndeme: ¿Pasará algo el 24 de diciembre?

Poco a poco toda esa pista de brillo en sus ojos se esfuma y vuelven a ser los mismos ojos oscuros sin sentimientos o emociones. Cada fracción se relaja volviendo a ser parte de aquel rostro hermoso, perfecto y aparentemente de persona que no rompe un plato.

Vuelve a ser Max.

Y sé que sonará loco, pero puedo jurar que por cinco minutos estaba mirando los ojos de un desconocido que era completamente lo opuesto a él.

—No.

En su voz: Frialdad, desinterés, ignorancia y arrogancia.

Remember Me ©Where stories live. Discover now