–sí...solo pensaba en la persona más sexy del mundo...–Richie suspiró– tú madre...

–agh...beep beep, Richie –Eddie rodó los ojos– sí, estás bien...

Todos rieron ante la reacción del castaño.

–beep beep, Eddie –contraatacó el de lentes, ganándose una mirada confusa de cada uno del Club.

–no puedes hacerle beep beep a Eddie –dijo Mike frunciendo levemente el ceño.

–¿por qué no?, ustedes lo hacen conmigo todo el tiempo.

–sí, p-porque hablas de m-m-m...

–porque hablas de más –Stanley ayudo a Bill, quién le agradeció con una sonrisa.

–oh... La pareja completa las oraciones del otro –se burló Richie, lo cual ganó un golpe en la nuca por parte de Eddie.

–oigan...–Beverly llamó la atención de todos– quedan unos días para empezar las clases...

Silencio; eso era lo que provocaba esa oración. No querían que el verano acabase, la habían pasado muy bien entre ellos, y empezar las clases sólo significaba menos tiempo juntos, y menos tiempo con Mike, ya que él no asistía a la escuela.

–sí...pero eso no cambiará nada,¿verdad? –habló Ben.

Todos se miraron entre si, luego sonrieron.

–no...–pronunciaron todos.

–bueno...ya me tengo que ir, se hace tarde –avisó Stan.

–te aco-compaño –sonrió el tartamudo.

–¡eso Stan!, aprovecha que están solos –Richie lo miró pícaramente.

Stanley agarró una roca y se la arrogó al azabache.

–yo también debería irme ya, mi mamá me mataría se llegó tarde –dijo Eddie, los demás asintieron.

El Club de Perdedores salió de la Casa Club, cada uno tomó rumbo a su casa, menos Bill que acompañó a Stan, y Richie, quien fue a acompañar a Eddie a su casa.

Ambos caminaban, llevando sus bicicletas a un costado, viendo el cielo, el cual se estaba poniendo de tonos rosados, anaranjados y violáceos. Se asomaban un par de estrellas en el cielo, algo que el castaño amaba.

"Papá siempre estará contigo, sólo tienes que mirar al cielo,y si ves una estrella,sabrás que es él..."

Esas fueron las palabras de su madre, Sonia. Eddie sonrió, siempre pensó que su padre lo observaba desde allá arriba, cuidándolo y apoyándolo en todo. Cuando era niño hablaba con las estrellas, esperando que su padre le contestara, y aunque suene estúpido, Eddie lo creía.

–Eds...–la voz de Richie hizo que Eddie volviera a la realidad.

–¿si? –preguntó con la vista todavía en el cielo.

–¿estás bien? –el pelinegro sonaba preocupado, haciendo que el castaño se sienta confundido, fue entonces que lo miró, y sintió un aire frío en su mejilla izquierda, pasó su mano, sintiendo cómo ésta se humedecía, Eddie estaba llorando...

–sí, no es nada –respondió limpiando sus mejillas rápidamente, ni cuenta se había dado de que estaba llorando, y eso no le gustaba, no le gustaba sentirse o verse débil.

–sabes que puedes decirme lo que sea,¿no?.

–sí, pero no te preocupes, no es nada importante –mintió, no le agradaba mentir, y mucho menos a Richie, su mejor amigo...

–de acuerdo, Eds.

–no me llames Eds –Eddie lo miró de mala gana, para luego prestar atención al camino.

[***]

–gracias por acompañarme, Richie.

–fue un placer, Eddie Spaghetti –el azabache hizo una leve reverencia mientras sonreía con gracia.

–¿no te cansas de ponerme apodos? –bufó el castaño cansado.

–mentiría si te digo que sí.

Ambos se sonrieron, Eddie notaba un brillo especial en los oscuros ojos de Richie, un toque de cariño, algo sumamente extraño que había notado en estos días, el castaño miraba los ojos de Richie mientras que éste hablaba o miraba a otra persona, pero ese brillo no aparecía, solo con Eddie...

Se miraron en silencio, sintiendo el aire fresco acariciando sus brazos y piernas descubiertas, disfrutando de la presencia del otro, eso era algo que disfrutaban, la compañía del otro, y más cuando iban a empezar las clases, solo querían pasar tiempo con sus amigos.

–¡Eddie, entra que está fresco! –el grito de su madre los hizo volver a la realidad.

–¡ya voy, mami! –gritó de vuelta Eddie, luego miró a Richie– adiós, Richie.

–adiós...

Ese murmuro fue lo último que escucho Eddie antes de cerrar la puerta, se apoyó en ésta y suspiró.

Fue al baño y se dio una ducha, quería relajar sus músculos, lo cuál funcionó.

Se sentía muy cansado. Luego de cambiarse, fue a su habitación mientras secaba su cabello con una toalla más pequeña, ya seco, lo acomodó y se acostó en su cama para descansar.

Amor Es Amor {REDDIE}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora