Amor Es Amor {REDDIE}

CAPÍTULO 1

A pesar de tener 16-17 años, ellos se comportaban cómo si tuviesen 13. Mucho no cambiaron mentalmente, pero sí físicamente.

Richie creció demasiado de altura. Sus rizos eran más notables, y su cabello era un poco más largo. Sus ojos seguían siendo igual de profundo detrás de esas enormes gafas. Y parecía que con los años se volvía cada vez más pálido.

Eddie seguía siendo el más pequeño del grupo, después de Beverly, pero sin duda era el más tierno. Sus pecas eran más notorias que antes, y con el tiempo se le formaron rizos en el cabello, aún que no le agradaban del todo, por lo que se cepillaba bien el cabello.

Beverly no había crecido del todo, pero le faltaba poco para pasar al anterior nombrado. Su cabello cada vez que crecía lo cortaba, ya que no le agradaba que sea largo. Su cuerpo se desarrolló hermosamente, todas las chicas tenían envidia, y a todos los chicos los hacía suspirar, obviamente menos al Club de Perdedores.

Ben creció un poco, ya pasando a la pelirroja. Estaba un poco más delgado, se estaba poniendo en forma poco a poco. Su amor por Beverly disminuyó, sólo la quería cómo una amiga, una hermana. Y sentía cierta atracción hacía otra persona.

Mike seguía siendo el mismo físicamente, sólo creció de altura, y descubrió su pasión por la musica, y un poco por la lectura. También sentía una leve atracción hacia el anterior nombrado, pero eso tenía que descubrirlo a su tiempo.

Stanley creció, pasando a Bill. Sus rizos seguían igual de suaves y bellos, los cuáles de vez en cuándo Beverly tocaba, Stan sólo dejaba que ella los tocase, ya que entablaron una amistad de confianza. Y por último, aún que se niegue, sentía amor por alguien sumamente especial para él.

Bill trataba de mejorar su tartamudez, cosa que le costaba demasiado, pero no se rendiría. Seguía teniendo ese papel de líder en el grupo, pero parecía que Beverly lo estaba jugando mejor.

[***]

Era un día normal, los perdedores se encontraban en su nueva Casa Club, construida por Ben, quién estaba orgulloso de su trabajo.

Beverly y Ben estaban charlando, soltando una que otra risa. Mike estaba lanzando una pelotita de tenis y la agarraba en el aire. Stanley y Bill estaban hablando en un rincón de la Casa Club. Mientras que Eddie y Richie discutían por la hamaca.

–c-chicos,¿p-pueden dejar de pelear p-por la t-tonta hamaca? –pidió el tartamudo, todos los días era igual, verlos pelear por ese torpe objeto.

–¡no! –respondieron al unísono.

–Eddie, mueve tu estúpido pie de ahí –ordenó dificultosamente el de lentes, Richie trataba de quitar el pie de Eddie, el cual estaba cerca de su rostro.

–y tú quita tu mano –exigió el castaño, la mano del azabache estaba cerca de su muslo, algo un poco incomodo.

–¡ya!, ¡me cansé d-de ustedes dos! –explotó Bill, se acercó a ellos y agarró del borde de la hamaca, la movió, haciendo que Eddie y Richie se cayeran al suelo, quejándose de dolor.

–diablos, Bill –dijo Beverly asombrada, para luego soltar una pequeña carcajada, seguida de los demás.

–vete a la mierda, Gran Bill –se quejó Richie.

–beep beep, Richie –lo silenció Stan.

Casi siempre uno de ellos se hartaba de su comportamiento por la hamaca, Stanley era el que se molestaba con más frecuencia, eran él, Beverly y Mike quienes se enojaban, Ben nunca alzó la voz, y Bill tampoco, bueno...sólo hasta hoy.

Eddie se levantó y limpió la tierra de sus shorts rojos,

–¿saben los gérmenes que debe haber en el suelo?, siento que están por todos mi cuerpo –el castaño miró al de lentes, quién lo miraba embobado, lo que hizo que el castaño lo mirara incómodo–...am...¿Richie?, ¿estás bien? –preguntó dulcemente, el nombrado reaccionó, rápidamente se levantó y limpió la tierra de su ropa.