LIBRO III- AISLAMIENTO REFLEXIVO VOLUNTARIO CAP 8

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Al principio fue difícil tener la fuerza de voluntad para hacer ese aislamiento pues en teoría ese era mi deseo pero fue muy dificil reprimir mis instintos gregarios.

En esos días iniciales mi rutina fue transtornada totalmente pero mediante un gran esfuerzo hallé la paz interior que necesitaba para empezar mi cruzada por el conocimiento espiritual.

Cronometrar la duración de esos días para mí es innecesario pues no había en mi residencia temporal; relojes o calendarios, mí movil estaba en el piso de abajo y lo unico que marcaba la hora era el microondas pero rara vez le prestaba atención a lo que marcaba, mi laptop también estaba pero mientras la usaba raramente me interesaba en que dia o hora estaba, quedé liberada en un tiempo sin dividir.

Me encontré un nuevo tipo de silencio que fue fabricado a partir de la actividad de los vecinos y de los habitantes de la casa, más tarde tuve que acostumbrarme a las sirenas del toque de queda, a los altavoces de la policía.

Para que mi retiro fuera productivo me volví totalmente noctámbula, fue algo progresivo cada vez me quedaba mas tiempo despierta a medida que el ruido disminuía y totalmente agotada me dormía hasta descansar totalmente. Me despertaba y todo volvía a empezar.

Una vez aclimatada a mi nuevo ambiente y situación, inicié mis estudios. Tenía conocimientos amplios de las tradiciones magicas primitivas pero desconocía totalmente las tradiciones bíblicas propiamente dichas así que decidí empezar por ahí.
En una sociedad tan moderna y liberal como en la que vivo se habla mucho sobre la manipulación que ciertas religiones han hecho sobre la palabra de “Dios” e incluso se duda de la existencia del mismo, otros tantos se declaran pensadores emancipados de tales ataduras, atacan y hablan sin fundamento pero no conocen profundamente a su ‘enemigo’, yo hice parte de ese grupo de personas pero un poco a la fuerza me he convencido que para rebatir al contrario hay que conocer su postura incluso mejor que la propia.

Busqué en san Google sugerencias sobre una buena versión de la biblia cristiana entre cientos de resultados elegí una pagina laica que tenía una versión en español moderno.

La compré y esperé que llegara, al recibirla no pude evitar sentir cierto alborozo. Opté por la lectura en físico me permitía leer comodamente ya sea sentada o acostada.

Me gustó que se basara en varias revisiones aunque estaba al modo católico, se contrastó con la versión Reina-Valera de los años 60's, la vulgata latina, la septuaginta griega, la torá judía, algunos manuscritos del mar muerto además de tener notas al pie de página, sistema de pesas y medidas, glosario de términos, índice de mapas. Según lo que pude investigar todas esas cualidades la hacían una muy buena versión.

Me entregué completamente a descifrar las 1365 páginas de esa biblioteca primigenia. Me extendería mucho con las conclusiones que me dejo este texto otrora sagrado y ahora tradicional. Mentiría descaradamente si digo que no dejo huella en mi interior, tal vez  a otras personas negarán este libro y esconderan su pasado creyente, lo despreciaran pero a mí no me traía nada a la mente a excepción de las diatribas que mi padre me daba sobre la religión de la hipocresía, de la fabricación de fabulas por parte primero de los judíos y luego de los cristianos imponiendo a otros pueblos su ‘perfecta’ moral.

Debido a mis ansias de sentirme aceptada por mi padre me hice asidua lectora de textos cuya intención era totalmente sacrilega y de tanto luchar con los prejuicios terminé llena de ellos. Pero luego de leer tan variopinta colección que es la Biblia además teniendo en cuenta el contexto en que se escribió no encontré en ella cosas tan reprochables.

En verdad no me sentí conforme con su composición pues había sido mutilada y desinfectada de tantos textos e historias a través de los siglos que se puede sentir el artificioso proceso que llevaron a cabo para suprimir esos ‘errores’, el mensaje se vio diluido pero si se sabe leer entre líneas, el mensaje llega.

HA QUERIDO NACER (TRILOGÍA COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora