— ¿Sueño? — preguntó Bakugo.

— Es una ilusión, para algunos será un sueño ideal, para otros una pesadilla — terminó por decir Izuku.

Se detuvieron en una a isla a unos kilómetros del continente. Las hadas parecían tener más energía, montaron el campamento para pasar la noche, Izuku se quedó en la orilla observando el mar y a lo lejos el país de Senia, Bakugo lo observó, desde su encuentro con Shigaraki lo notaba distante, preocupado, terminó de dejar sus cosas y caminó hasta él para sentarse a un lado.

— ¿Estás bien?

— Sí — Bakugo lo observó—Yo... me siento raro... me siento culpable mejor dicho.

—¿Por qué culpable?

— Cuando descubrí que Ten... digo, que Shigaraki quería mi poder me asusté sinceramente y lo primero que hice fue llevarlo a su muerte, aún recuerdo sus alaridos cuando le quitaron las alas... no dejo de pensar que podía haber otra manera en la cual evitar eso, tal vez dialogar con él...

— Pero eso no lo sabes, a lo mejor te hubiera manipulado y ahorita estarías muerto — Katsuki tomó la mano del pecoso — No puedes cambiar el pasado, puedes aprender de él y mejorar o quedarte arrepintiendo de acciones que no puedes cambiar.

Izuku observó al rubio ceniza, se agachó y recargó su cabeza en el hombro del contrario, Katsuki subió su mano hacia su cabello acariciándolo. Se quedaron un rato en silencio solo siendo acompañados por el sonido de las olas arrastrarse con la arena.

— Vamos con los demás — dijo el rubio, ayudó al pecoso a levantarse y caminaron hacia el campamento, las pequeñas hadas formaban castillos de arena mientras que los adultos terminaban de coser la cena que era pescado.

Todos se sentaran al rededor de la fogata; empezaron a contar historias de sus antiguas aventuras, todos reían luego por las tonterías que habían hecho.

— Princesa — le llamó la atención la pequeña Eri — ¿Cómo conoció a su dragón?

— ¿A Ei? — asintió — fue hace bastante tiempo, Yo estaba vagando cerca del bosque de los Flügel, unos ladrones me atacaron y el me defendió. .. entonces...

Eijirou se acercó al rubio sentándose a su lado.

—Es mentira, sabes.

— ¿Qué cosa?

— El cómo nos conocimos, fue él quien me salvó. —Katsuki lo miró— En aquel entonces yo era muy joven y muy tonto; quería aventura y salir de Ragonia. Una noche me escapé de casa, aun era un dragón pequeño, no podía controlar bien mi habilidad.

>> Entonces vagué por el bosque de los Flügel, me encontré con humanos, aun en aquel entonces los dragones era una rareza para todas las especies así que el verme fue como encontrar oro —tuvo una pausa—intentaron atraparme pero la ansiedad y desesperación evitaron que hiciera algo, ya me tenían amarrado hasta que llegó Izuku.

>> Quedé embelesado fue como un ángel, se deshizo de ellos rápido y me soltó, aún recuerdo que en aquel entonces tenía una mirada más perdida, como si solo viviera por vivir. En mi gratitud le prometí darle mi vida, que siempre lo serviría. Le rogué por varios días hasta que tal vez se hastío o algo y terminó por hacerme su familiar.

— Entonces ¿ahí supiste quién era? — Eijirou asintió.

— Cuando hicimos el lazo, compartimos todo, sensaciones, pensamientos, sentimientos... Sentí su desolación y alivio cuando sabía que tenía alguien con quien compartir — volvió a mirar al rubio — tal vez creas que cuando alguien es familiar de otro se pierde la independencia o el libre albedrío, pero no... Es como fueras consciente de que eres parte del otro, ambos son un todo.

—¿Por qué no dicen las cosas como son, entonces?

—Izuku siempre ha sido de la idea de nunca alardear de su poder, aun sin ser heredero de la Luna; como Nefilim de arcantes ya lo hace más poderoso de lo usual.

—¿Qué crees que sea lo que escuchó? Esa voz...

—No sé, solo sé la sensación de familiaridad, pero no venía de Izuku era algo más profundo...

—Espero que mañana en Senia podamos encontrar respuestas.

Los viajeros se acomodaron alrededor de la fogata, todos cerraron sus ojos debajo de esas constelaciones.

Los viajeros se acomodaron alrededor de la fogata, todos cerraron sus ojos debajo de esas constelaciones

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Izuku fue el primero en abrir los ojos, el sol le pegaba en sus parpados. Sólo que no sabía donde estaba, parecía una especie de habitación, pero él estaba en una playa con los demás ¿no?

— Izuku? Ahí estás dormilón —dirigió su cabeza hacia aquella voz, encontrándose con una sonrisa que tenía siglos sin verla — Ya tenemos que irnos, ya llegó la embajadora de los duendes, elfos y flügel.

El pelinegro se acercó al pecoso, le tendió su mano, instintivamente Izuku la tomó. Salieron de aquel cuarto; Izuku vio su reflejo en un gran espejo que tenían. Vestía un traje de color blanco, una especie de diadema o tiara que dejaba colgar una luna creciente, tenía incrustadas varias gemas de color negro y blanco, encima de su traje sobresalía su colgante de oro mostrando su sello.

—¿Qué pasa? — observó a Tenko, era el Tenko que recordaba, su traje era parecido al de Izuku solo que sin tanta joyería.

—No es nada, solo... siento que olvide algo... 

Si bueno

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Si bueno... me perdonan?  xD me tardé un chingo y ya sabía wue escribir pero no más no nacían esa sganas unu, perdonen

¿Qué les pareció el cap? Este es más un cap de conexión que nada uvu jajaja no soy de poner rellenos pero lo necesitaba xD

Espero no hayan olvidado esta historia unu también ya estoy trabajando en Héroes y Villanos uvu. No tengo más que decir. 

Los amo!!! Nos leemos luego!

Príncipe de la LunaWhere stories live. Discover now