Las noches se han vuelto días, las constantes peleas con mis padres una rutina, pero da igual. Tengo todo lo que deseo, buenos amigos, un novio guapo y muchos planes para las vacaciones. Lo que nunca pasó por mi mente era que un día, mis padres perderían la paciencia y me alejarían de todo lo que tenía para mandarme a la casa de la abuela por tres meses, adiós amigos, adiós novio y adiós planes. Creí que mis días en aquel campo alejado de la ciudad serían mi perdición, hasta que lo conocí a el y todo dio un vuelco inesperado.