Capítulo N°35

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Tarta


Algo le ocurría a Henry.

Pero Marie no podía imaginarse el qué.

El chico se mantenía en un estado constante y casi permanente de estrés, o al menos, así lo había estado desde que ella había llegado al café. Se había dado cuenta de que algo no iba del todo bien con Henry cuando él no le ofreció por sí mismo su habitual taza de chocolatada, cosa a la cual ella ya se había malacostumbrado. Sin embargo, eso no la detuvo de ofrecerle la tarta que había elaborado un día anterior con sus hermanos, sabía que no se trataba de un pastel de cumpleaños, pero había querido hacerle algo especial, algo que con su simple aroma pudiera saborear y qué mejor que una tarta olorosa de manzanas.

Incluso a Jason le había parecido buena idea, sus celos se lo habían confirmado.

Habría comenzado a imaginar y especular los peores escenarios, sobre todo ahora que habían llegado a un nivel más íntimo en su relación. Pero cualquier asomo de ello lo había tratado de desvanecer tan pronto como su consciencia se colaba para recordárselo.

Además, cuando Henry probó el primer bocado de tarta junto a ella y una sonrisa se coló en su rostro ojeroso, supo que entre ellos las cosas seguían marchando sobre ruedas. O de eso quiso Henry convencerle.

Henry se encontraba fastidiado, muchas cosas se amontonaban a la vez y se aglomeraban en una torre tambaleante dentro de su lista de pendientes. Estaba preocupado por la entrevista que le habían agendado en la universidad, la cual, para su evidente fortuna, había sido asignada para dentro de dos semanas, le habían dado la notificación aquella misma mañana, luego de realizar el depósito del pago para el examen de admisión con parte del dinero de su paga del mes anterior.

También estaba la cuestión del exámen, ese estúpido exámen para el cual aún no se sentía preparado. Aunado al regreso de su primo y la fiesta que daría su familia para celebrar a su tía y de paso a él y a su hermana.

Gabriel estaba de regreso y era cuestión de suerte que aún no se presentase en el café.

¿Qué diría Marie cuando lo viera?

¿Debería de decirle que su primo se encontraba ahora mismo en la ciudad?

¿Y si ella volvía a sentir algo por Gabriel nada más con verle?

Carajo, eso era lo peor de todo.

Se estaba ahogando en su propia marea con tantas preguntas, se estaba auto saboteando y lo sabía.

Para Marie aquel silencio resultaba asfixiante y la cafetería vacía, sin clientes, le generaba aún más frustración.

No todos los días eran buenos y no tenían por qué ser sonrientes y felices, a veces, un desahogo podía ayudar, ella lo comprendía, tampoco iba a presionarle, pero quería ser de apoyo, quizá todo el lío de la universidad estaban poniendo a Henry nervioso, ¿debería proponerle un plan para estudiar juntos? No le molestaría repasar unos cuantos temas con su novio. Al contrario, encontraba aquello como una oportunidad para pasar tiempo con él antes de que se marchara.

Aquello era inminente, ya se veía venir una despedida aunque se rehusarán a aceptarlo.

El silencio fue roto por una llamada entrante.

Henry tomó su celular y al ver de quién se trataba, intentó alejarse de la chica por unos cuantos pasos.

Había evadido hablar mucho con su primo cuando éste fue a visitar a su familia el sábado al mediodía y se había quedado con ellos hasta caída la noche, cosa que usó a su favor para encerrarse en su habitación al obtener el día de descanso, al igual que Marie a quien se encargó de avisarle. Pero que Gabriel fuese a revisar su tienda era algo que se veía venir, por obvias razones, no era tan estúpido como para creer que solo estaría en la ciudad por cuestiones familiares, sabía que su primo tenía curiosidad de saber cómo estaba manejando el negocio por su cuenta, ya que, los últimos meses, Gabriel incluso le había dejado a cargo de realizar pagos y sin la ayuda de su hermana, también había tenido que encargarse del inventario y de conseguir productos de calidad en el mercado. No lo estaba haciendo mal, pero tampoco era licenciado en economía, seguro que Gabriel notaría que algo no cuadraba entre sus notas.

AgridulceWhere stories live. Discover now